En estas fechas, donde se recuerda el Día del Padre, vemos a nuestros niños trabajando con tarjetas, collages impecablemente organizados, vemos manitos que llegan a casa pintaditas, y un silencio cómplice con sus maestras porque tienen una gran sorpresa para papi, pero ¡no debe enterarse hasta el domingo!Es un tema muy bello trabajar como docentes y hay mucha ternura en cada propuesta áulica, pero en nuestros salones, hay otros niños. Niños que no tienen al padre cerca, o sólo crecen con su madre, o su abuela o alguna familia del corazón. Entonces, los maestros, cada uno de nosotros, va tocando el tema de manera sensible y especial. Pues hay que dejar siempre un mensaje positivo y lo más esperanzador que se pueda. Aquí, el buen tino docente, es el protagonista. Docente, que al mismo tiempo, es hijo y tiene una u otra vivencia de su lazo paternal. Todo entra en juego en estas fechas que ilustran la necesidad de valorar una figura importante en nuestra vida. “Cada época produce sus propios hombres”. En la época posmoderna se está gestando al “Hombre Light” donde se pone mayor atención a los aspectos materiales, a la comodidad, al confort, estando más preocupados por tener y dejando de lado el desarrollo de nuestro ser, confundiendo la felicidad con el bienestar.Víktor E. Frankl fue muy visionario al poder ver que el mal de nuestra época es el vacío y la frustración existencial y también sabía cuál es el antídoto para este mal, siendo a través del desarrollo de nuestra dimensión espiritual.Los padres actuales están perdiendo de vista la importancia de las primeras interacciones afectivas con sus hijos, olvidando que son ellos los encargados de generar seguridad y confianza en los pequeños, que son ellos el modelo de valor y amor que los niños necesita para edificarse sólidamente. Si no existe esta interacción padre – hijo en el amor, se construye con ciertos riesgos y propenso a sufrir fracturas y caídas.Los tiempos posmodernos requieren de educar en el amor y la responsabilidad, y si los protagonistas de la familia viven en el vacío y la frustración ¿que podrán transmitir, modelar, enseñar a sus pequeños hijos?Papá no está pero existe. Tal vez viaja a menudo o trabaja muchas horas o vive en otra casa o en otro país; o partió sin dar señales de vida. Quizás es un hombre poco valorado por la madre del niño o por la sociedad. En algunos casos, el padre es desconocido, en otros ha sido una relación pasajera de la madre. Y además, están también esos niños que ya no tienen a su padre vivo.¿Qué decir a un niño cuyo padre está ausente?Un padre puede estar ausente en la vida de los hijos, de distintas maneras. Pero la ausencia del padre no es lo mismo que inexistencia. Un hijo es siempre el producto de un hombre y de una mujer, aunque alguno de ellos esté ausente, desaparecido o muerto. La fantasía de una mujer autogestante en primer lugar corresponde a una no aceptación del aporte del hombre y en segundo lugar -y como consecuencia de lo anterior- se genera una distorsión de la realidad perniciosa para la estructura mental del niño (o sea de un hombre o una mujer en potencia).A ningún hijo se le puede decir “tú no tienes padre”, porque eso distorsiona la naturaleza de las cosas.1. En familias en las que el padre se ausenta con frecuencia, pero convive con la familia: “Tu padre no está en casa pero está presente en mi cabeza y en mi corazón, por lo tanto yo te hablo teniendo en cuenta lo que piensa él. Cuando regrese verás que no son caprichos míos”.2. Después de un divorcio: “Aunque tu padre no sea más mi marido, sus palabras en cuanto a tu educación, siguen teniendo peso para mí” o bien “tu padre y yo pensamos este tema de muy distinta manera, yo te doy mi opinión y escucharás también la de él”. Si las versiones de ambos padres son irreconciliables, se recurrirá a un tercero neutral. Causa daño psíquico a un niño decirle “tu papá no cuenta, tú sólo me tienes a mí”, eso en todo caso lo decidirá otro adulto responsable (un juez, por ejemplo) .3. Sí el padre ha muerto: “Las palabras y las ideas de tu papá siguen vivas para nosotros, yo recuerdo las cosas que para él eran importantes como padre”.4. Cuando el padre es desconocido: “Tú tienes padre, sino no hubieras podido nacer, pero él sólo participó en tu gestación” o según el caso “yo sabía que tu padre no iba a vivir con nosotros, pero yo elegí tenerte y criarte a pesar de eso”. Lo que sí debe ser tomado como regla es que un niño no debe sentir jamás que es propiedad de su madre o de su padre, cuando es la madre la que desaparece de su vida. Nadie puede decirle “soy tu dueño, hago lo que quiero contigo”.Una madre, por más desprecio y resentimiento que tenga hacia el padre de su hijo, no tiene derecho a excluir su existencia. Puede que sea alcohólico, criminal o como sea, pero es el padre que tiene o que tuvo, y forma parte de la historia de ese niño. Ser madre, es aceptar que el niño es también hijo de un padre.La mente de un niño está en constante crecimiento. Mientras tu hijo se desarrolla, absorbe todo a su alrededor, incluyendo cómo es tratado por su padre. Tanto los niños como las niñas necesitan una figura paterna estable que los guíe hacia la adultez. Desafortunadamente, muchos padres no están precisamente presentes. Aún peor, puede que estén presentes, pero desinteresados en los sentimientos o el comportamiento de su hijo. Es extremadamente importante que los padres comprendan el rol que juegan y las consecuencias de su posible negligencia.¿Qué sucede con el Desarrollo Mental?Un padre ausente o descuidado puede generar problemas de comportamiento en un niño. De acuerdo con el Dr. Rick Nauert, los niños con una figura paterna activa “tienen menos problemas de comportamiento que aquellos que sólo viven con su madre”. Una figura paterna ausente puede también tener un impacto negativo en los logros académicos del niño. Aunque hay que aclarar que no es la idea “hacer una lectura lineal del tema”. Es una variable a tener en cuenta, pero no siempre se da.David Popenoe explica que “los padres tienden a hacer hincapié en los retos, la iniciativa, tomar riesgos y la independencia”. Revela también que éstos necesitan prestar atención a sus hijos para ayudarlos a desarrollar su masculinidad. Aquellos padres que se encuentran ausentes o son negligentes, esencialmente roban a sus hijos este aprendizaje. En cambio, afectan el modo en que los niños desarrollan sus destrezas y su identidad. En los años de su adolescencia, esto puede empeorar, ya que “los hombres adolescentes sin padre son notablemente más propensos a los problemas”.¿Cómo ayudar?Como padre es importante comprender la importancia de tu rol en la vida de tu hijo. Tan sólo pasar tiempo con él no es suficiente, porque el modo en que actúas afecta su desarrollo me
ntal. Un buen padre está atento a las emociones de su hijo antes de que éstas se intensifiquen en reacciones abiertas, como la ira. No rechaces los sentimientos de tu hijo. Todo lo que diga y sienta debe ser tomado seriamente. De lo contrario, puede llegar a sentirse falto de amor. También debes ser un bastión de autoridad, reforzando reglas y consecuencias. Estar presente, física y emocionalmente, puede salvar a tus hijos de mucho dolor en el futuro.Colaboración: Myrian Mabel BáezLic. en Psicopedagogí[email protected]
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