Por el cambio climático y a causa de la intervención del hombre, el caracol africano podría comprometer nuevas áreas del país, como por ejemplo el Norte y el Centro argentino, las cuales para 2080 -y según estudios preliminares- serán regiones favorables en cuanto al clima, para que prosigan extendiéndose.A la inversa, y de acuerdo a las mismas proyecciones en estudio, tomadas como evidencia por la IUCN (organismo internacional para la conservación de la naturaleza y que evalúa a las especies en riesgo); el caracol gigante nativo del bosque atlántico pasaría a estar en peligro de extinción para finales del siglo XXI.“Desde hace unos años vengo estudiando los caracoles gigantes de tierra nativos de la Argentina; en especial las especies presentes en Misiones, la Megalobulimus sanctipauli y la Megalobulimus abbreviatus. Uno de los abordajes realizados fue el estudio del impacto del cambio climático en su distribución. Los resultados indicaron que por ejemplo Megalobulimus sanctipauli va a perder gran parte de su habitad actual; como este molusco vive en estado salvaje en el monte, con poco o nada de contacto con el hombre no posee tantos medios para alcanzar las nuevas zonas climáticamente óptimas generadas como consecuencia del cambio climático. Estos moluscos terrestres dependen de su propia capacidad de dispersión, la cual no supera un par de metros por año, poniéndolas en riesgo de peligro de extinción parcial o total”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el doctor en Ciencias Naturales, Ariel Beltramino, licenciado en Genética de la Universidad Nacional de Misiones y becario postdoctoral del Conicet, quien se está ocupando de llevar sus primeros abordajes a un nivel mayor ya que compara la predicción actual realizada, con lo que podría ocurrir en la distribución de estas especies de moluscos para lo que resta del siglo XXI. Asimismo, en la actualidad mediante una beca post doctoral, Beltramino lleva a cabo un estudio sobre el efecto del cambio climático en la distribución del caracol africano Achatina fulica; que servirán para entender qué va a pasar con el área de ocupación geográfica de la especie en consecuencia.“Mediante una predicción climática a lo largo del siglo XXI el gigante africano podría extender su distribución a un área mayor en el bosque atlántico (que para Argentina representa a Misiones y norte de Corrientes) pero además comprometería seriamente al Norte argentino y a algunas provincias centrales, donde en la actualidad, por razones del clima, no podría sobrevivir ni extenderse”, especificó el investigador. “Achatina fulica es una especie invasora de caracol terrestre que prefiere las zonas urbanizadas, y hay evidencia de que su dispersión se ve mediado (o beneficiada) con el hombre. Esto puede ser intencional cuando se emplean los caracoles como carnada para pesca, helicicultura, venta como mascota; o accidental cuando se trasladan huevos o individuos en tierra de abono, plantas, residuos y material de construcción”, se explayó.Beltramino señaló en tanto que las proyecciones en las cuales trabaja, se encuentran en una etapa preliminar y siguen en estudio. “Al momento, los modelados sugerirían que, como consecuencia del impacto del cambio climático, estaría bastante comprometido el Noroeste del país para el 2080. Pudiendo extenderse la invasión del caracol africano en las provincias de Misiones y Corrientes, y alcanzar a nuevas provincias como Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Norte de Santa Fe y Córdoba”, insistió.Su desplazamiento“Hay estudios científicos en algunas especies de moluscos terrestres y acuáticos que evidencian un desplazamiento en su distribución actual hacia el Sur y hacia el Norte de los trópicos de Cáncer y Capricornio respectivamente. Con este panorama se podría pensar que Achatina fulica va a ocupar un espacio más hacia el Sur del que ya ocupa en Sudamérica. En el caso particular de la Argentina, podría comprometer provincias del Norte de nuestro país, como Chaco, Formosa, Santiago del Estero, quizás Salta y Jujuy. Hemos hechos unos modelados preliminares y climáticamente algunas de estas provincias en 2080 estarían climáticamente aptas para proporcionar condiciones climáticas de supervivencia para el caracol africano.En sentido opuesto, algunas especies nativas de caracoles de tierra (inclusive para Misiones y Corrientes) estarían en peligro a causa del impacto negativo que causaría el cambio climático en sus poblaciones a lo largo del siglo 21. Probablemente no sea el caso del caracol africano introducido al continente hace unos 40 años y que está causando serios problemas en algunos países de América en el área de la agricultura y la salud animal y humana”, fueron algunas de las especificaciones ofrecidas por Ariel Beltramino a este Diario .Oportunamente PRIMERA EDICIÓN se había ocupado de informar el tema desde su primera detección para la Argentina en 2010 (en la ciudad de Puerto Iguazú, Misiones), y también sobre el trabajo encarado por un equipo de científicos y becarios de Conicet que se desempeñan en la Universidad Nacional de Misiones y el Museo de La Plata. Como resultado de esas investigaciones en 2012, se elaboró un mapa de distribución potencial en el que indicaban las zonas de la Argentina climáticamente adecuadas donde la especie podría establecerse al presente. Este estudio sugería que la especie podría alcanzar en nuestro país los bordes de las zonas limítrofes con Brasil y Paraguay, y parte de Bolivia. Esta predicción para la Argentina tomo relevancia, cuando en 2013 Achatina fulica fue detectada en la ciudad de Corrientes capital, la cual formaba parte de las áreas predichas en 2012 como adecuadas para la especie y potencial de ser invadida. Según este estudio, climáticamente Achatina fulica no avanzaría más allá de la zona tropical. No obstante ahora, que el modelado del doctor Beltramino llevó la investigación a un nuevo nivel, en base al impacto del cambio climático, y nueva la tendencia es que “a lo largo del siglo vigente las zonas tropicales se van a extender más hacia el centro de nuestro país y eso puede llegar a permitir que Achatina fulica ocupe nuevas áreas que antes no le eran favorables”, subrayó.Predicciones Estudiar el impacto del cambio climático permite predecir áreas que climáticamente en el futuro (es decir para lo que resta del siglo XXI) puedan ser aptas para una especie (sea esta nativa o invasora) y en base a esas proyecciones (o mapas de distribución) se evalúa luego la capacidad de dicha especie para desplazarse y alcanzarlas. En el caso de las nativas puede implicar que pierda parte (o toda) su área de distribución, con la consecuente extinción; mientras que para una especie invasora puede significar ampliar su rango de distribución, aumentando su éxito de invasión. Los caracoles de tierra no tiene gran capacidad de desplazamiento por si solos, la diferencia entre una especie nativa como Megalobulimus sanctipauli con Achatina fulica (el invasor africano) es que la primera vive en áreas bos
cosas con muy poco contacto con el hombre y la segunda es de preferencia urbana y peridomiciliarias. El contacto con el hombre puede hacer la diferencia, la primera solo depende de sus habilidades biológicas para dispersarse (que no son más de un par de metros por año), mientras que la segunda (el gigante invasor) puede desplazarse a grandes distancias en corto plazo (semanas) gracias al hombre. Otras de las cosas que se tienen en cuenta cuando uno evalúa el impacto del cambio climático en una especie es su especificidad climática de hábitat. Una especie nativa como Megalobulimus sanctipauli tiene un margen de adaptación a ambientes que oscilan algunos grados, por lo que encima o por debajo de esas temperaturas la especie muere; mientras que el caracol invasor (Achatina fulica) tolera grande rangos de temperaturas que van desde temperaturas tropicales a temperaturas que rondan los cero grados, e incluso se han encontrado individuos de este caracol en estado de hibernación enterrados en la nieve. Por lo que las características de vida de este caracol, sumado al desplazamiento mediado por el hombre, hacen de este caracol un usurpador con grandes posibilidades a la hora de beneficiarse del impacto del cambio climático global.Algunos apuntesEl cambio climático es la alteración en la composición atmosférica terrestre. Este tipo de cambios se han producido naturalmente a lo largo de los millones de años de la historia de la Tierra, donde el clima ha fluctuado de forma natural entre muy frío y cubierto de hielo, a muy caliente. Sin embargo esto ha sucedido en grandes períodos de tiempo, permitiendo a las especies animales y vegetales adaptarse gradualmente a las condiciones climatológicas fluctuantes. Sin embargo, en los últimos siglos, el aumento de la industrialización y el uso de carbón y petróleo como fuentes de energía, cambios en el uso del suelo (por ejemplo deforestación, avance de la agricultura) y la urbanización, han comenzado a afectar el equilibrio natural del clima. Estas actividades generan emisión de gases (principalmente dióxido de carbono) que se concentran en la atmósfera provocando un efecto invernadero, causando así un calentamiento de la Tierra a un ritmo sin precedentes en la historia del planeta. Según los científicos que estudian los efectos del cabio climático, este calor atrapado dentro de la atmósfera puede tener una serie de efectos sobre los ecosistemas, incluido el aumento del nivel del mar, derretimiento de los casquetes polares y modificación de los patrones de distribución de las especies; también puede generar fenómenos meteorológicos extremos, entre otras consecuencias.
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