A poco de cumplirse 200 años de la independencia nacional, hay sectores con los que convivimos los misioneros que siguen viendo al sometimiento y la presión como “armas” para conseguir los objetivos que se proponen.La solicitada de la EUTA (manejada por el Grupo Z) contra el intendente de Posadas, Joaquín Losada, transparentó las formas que los dueños del monopolio del transporte de pasajeros en el área metropolitana (que incluye a Garupá y Candelaria) utilizan para presionar y hasta amedrentar a quienes no ceden a sus exigencias.En un mensaje oscuro, donde abren y cierran sus palabras con el irónico supuesto “apoyo” que le quieren dar a la gestión municipal, lanzan advertencias de retorno de medidas que los usuarios castigados ya conocen.En el de ayer, le dicen a Losada que si no cede a sus pedidos millonarios, se pueden producir “consecuencias”. Eso se podría traducir en las sorpresivas asambleas convocadas por el gremio de choferes, la UTA, porque si se mira quien es el real interesado en las protestas de presión, terminaríamos en un lock-out patronal escandaloso.Lo curioso es la ausencia de repudios de concejales, funcionarios, organizaciones de usuarios a la abierta afrenta del Grupo Z y la respuesta concreta y clara del jefe comunal posadeño: “La cuestión de fondo es que querían un boleto con Sube a $10. No lo aceptamos”.Algo que no se conoce mucho es que, desde que asumió, Losada no recibió a los empresarios, algo que en la solicitada el Grupo Z le enrostró en reiterados párrafos.En estos siete meses hubo hechos graves, como el cobro del boleto a los alumnos que viajan gratis por ley, un día que debieron asistir a un acto escolar obligatorio. Y se los obligó a la devolución. En otras épocas, esto se hubiera hasta justificado. Hoy, parece que no todo funciona como el Grupo Z pretende.
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