Desde temprano los trabajadores de la cooperativa intrusada iniciaron tareas de resguardo del campo, lo empezaron a cercar y también a cubrir los boquetes hechos a los muros para intrusar el predio, levantar carteles e inspeccionar uno de los pozo perforados que resultó afectado por la intrusión. En adelante volver a juntar fondos para adquirir las bombas sustraídas. “No podemos decir que algo así nos pone contentos; realmente no podemos estar alegres. No obstante, como trabajadores sí nos alivia saber que se puso fin a la incertidumbre y que vamos a poder retomar la actividad”, dijo a este Diario Andrés Balbastro, presidente de la entidad cooperativa.“Por ahora, por el clima de tensión que hay en el barrio, y para evitar que los ánimos se caldeen todavía no fuimos a hacer el informe de daños. Ya nos dieron una nueva fecha para la Mesa Rural. Reiniciaremos con fuerzas, como lo hicimos otras veces”, manifestó Balbastro esperanzado.
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