Es una zona poblada por pequeños productores, la mayoría de ellos tabacaleros, que tienen que cruzar a diario el arroyo Tarumá para ir al aula satélite de la escuela 92 o bien muchos de ellos para ir a la ciudad, tanto a San Vicente o El Soberbio, o bien a comprar alimentos al otro lado del arroyo.El mes pasado una delegación de la Unidad Regional IV de Vialidad Provincial, encabezada por el jefe técnico, Carlos Da Silva, realizó las evaluaciones y mediciones preliminares para encarar el proyecto del nuevo puente sobre el arroyo Tarumá para que pueda ser transitado por peatones y vehículos.Entre las dos comunidades que están separadas por el arroyo viven unas 200 familias. Permanentemente tienen que cruzar el arroyo para poder ir a la escuela o bien salir del fondo de la picada a la ciudad. Da Silva contó que “estamos haciendo las reparaciones de caminos de tierra en la zona y acudimos al lugar. Esa picada tiene 16 kilómetros. Hace un tiempo la entidad recibió el pedido para que financiáramos la obra. Ahora recibí el ok de mis superiores y comenzamos a hacer el proyecto. Creemos que en 30 días más o menos vamos a comenzar la construcción del nuevo puente”.Los colonos de la Picada Mandarina y paraje Las Tunas exigen la construcción de un puente sobre el arroyo Tarumá que una a ambas comunidades hace más de cinco años. El puente anterior era de madera y en una de esas lluvias fuertes con mucha caída de agua en poco tiempo, fue arrastrado y desde entonces las dos comunidades deben cruzar el arroyo por una parte donde hay corredera y no es muy profundo.Según Da Silva el puente tendrá las dimensiones de ocho metros de largo por seis de ancho y una altura de un metro y medio sobre el curso normal del arroyo. “No es un arroyo grande. Pero tiene la particularidad de subir muy rápido con la lluvia. Por eso el puente tiene que estar a una altura que el agua no sobrepase con lluvias fuertes”.
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