Este fin de semana Argentina tuvo la alegría de que la Unesco inscribiera la casa para el doctor Curutchet en La Plata, obra de Le Corbusier (uno de los cinco maestros de la arquitectura del Movimiento Moderno) en la lista de Patrimonio de la Humanidad, junto a otras 16 realizaciones suyas, y ello redundaría -para Misiones- en una mirada especial y visibilización clave de las obras del Movimiento Moderno (MM) construidas en la provincia, donde, sus seguidores, adoptan los cinco puntos para la nueva arquitectura, un desarrollo que aquí comienza con la provincialización, desde la segunda mitad del siglo XX. Una de esas creaciones fue -en su estado original- el malogrado hotel de turismo de Posadas, ya que antes de la restauración era una obra que homenajeaba a Le Corbusier en muchos aspectos, por ejemplo, el criterio social con el cual fue construida la planta baja que se podía atravesar en diagonal de Bolívar a Junín. De hecho, antes de ser remodelado, el Hotel del IPS era el lugar de “peregrinación” de los arquitectos que llegaban a la provincia porque era la única obra -fuera de las reducciones jesuíticas- que representaba a Misiones en los libros de historia de la arquitectura argentina; por ello también los urbanistas que venían de otros países pedían visitar ese hotel, cosa que ya no sucede en la actualidad porque los restauradores no tuvieron el criterio de seguir su impronta original y porque el arquitecto Raúl Rivarola, uno de sus autores, está vivo aún y no fue consultado para los cambios. Asimismo, otra de las obras sobre las cuales podrían derramarse los beneficios de este reconocimiento a Le Corbusier es la creación de Tito Morales, arquitecto de Misiones, fallecido recientemente y quien gana el concurso para construir la terminal de Ómnibus de Eldorado, donde existe un fuerte reclamo porque quedó chica para la ciudad, con lo cual, de acuerdo al pensamiento de arquitectos especializados en Patrimonio de la provincia, consultados por este Diario, “sería bueno que la obra se transforme en un centro cultural o alguna otra función para la sociedad”, que acompañe el desarrollo de la Capital del Trabajo y que se construya una nueva terminal con una estructura más acorde a su función. El conjunto patrimonialEl resto de obras del MM en Misiones, por ejemplo las que hicieron Soto y Rivarola, están en mucho mejor estado, una de ellas es la Escuela de Alem, nombrada Monumento Histórico Nacional gracias al equipo de investigación de la Unam (ver recuadro) que presentó el legajo a la comisión y fue aprobado y declarada como tal en 2012. Otras obras son los hoteles, paradores y hosterías que se han hecho a lo largo de la provincia, a partir del plan de desarrollo turístico, como por ejemplo el parador de Clorindo Testa en San Ignacio, el de Marcos Winograd en Eldorado. Los paradores de Apóstoles y Montecarlo de Soto y Rivarola y también el parador que construyeron en San Javier, en una implantación genial, donde el río da la vuelta y desde la piscina se podía visualizar buena parte del recorrido del río Uruguay hacia el norte, que fue hecho así en homenaje a Le Corbusier y que actualmente se halla en estado lamentable y que urge restaurarlo a su estado original. En Aristóbulo del Valle y San Pedro, a partir del trabajo de investigación acerca del Movimiento Moderno, fueron encontrados dos paradores más en distintos estados. En aquellos años, todas las obras que se realizaron en Misiones fueron plasmadas por jóvenes arquitectos admiradores de Le Corbusier, por ello hay muchas relaciones que lo homenajean, por ejemplo el Testero del Correo que está sobre calle Ayacucho, la forma en que estaba diseñado el frente y los pisos del hotel de Turismo. Su fachada sobre calle Junín también es un homenaje. Las ventanas de los pasillos del exhotel de Turismo giran hacia el sudoeste y el sudeste alternadamente a fin de que el ingreso del sol sea más benigno en una provincia donde se padecen altas temperaturas. El funcionalismo de estas obras tiene que ver directamente con homenajes permanentes que le hacen la mayoría de los arquitectos discípulos y seguidores de Le Corbusier y hay muchos ejemplos de ello. Le Corbusier fue llamado “El gran Humanista”, entonces el uso social de los bienes de la modernidad sería de gran importancia para visibilizar nuestro patrimonio. Esta movida internacional acerca de la obra de Le Corbusier consagraría el valor excepcional que tienen las obras del MM en Misiones, fortalecería su preservación y su conservación en todo el mundo.
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