Según indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche materna es el alimento ideal para los niños pequeños y no tiene sustituto debido a que aporta los nutrientes específicos que se requieren para el crecimiento y desarrollo saludable. Por este motivo recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del niño.Según Francia Bégin, asesora superior de nutrición de Unicef: “Si se alimentara a todos los bebés solo con leche materna desde el momento en que nacen hasta los seis meses de edad, se salvarían más de 800.000 vidas cada año”.La lactancia materna tiene una extraordinaria gama de beneficios. Tiene consecuencias profundas sobre la supervivencia, la salud, la nutrición y el desarrollo infantiles.Los niños amamantados tienen por lo menos seis veces más posibilidades de supervivencia en los primeros meses que los niños no amamantados. La lactancia materna reduce drásticamente las muertes por las infecciones respiratorias agudas y la diarrea, dos importantes causas de mortalidad infantil, así como las muertes por otras enfermedades infecciosas (OMS-The Lancet, 2000).Además de estos beneficios la lactancia materna crea un vínculo especial entre la madre y el bebé: tiene repercusiones positivas para la vida del niño/a en lo que se refiere a la estimulación, la conducta, el habla, la sensación de bienestar y la seguridad, y la forma en que el niño se relaciona con otras personas.Derecho a la Salud y a la NutriciónEl derecho al desarrollo saludable del niño, la niña y el adolescente es fundamental. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) buscan mejorar los indicadores relacionados a estos derechos fundamentales, como ser la reducción de la mortalidad infantil, la mejora en la salud materna y la prevención y cuidado del VIH-sida.En este marco, la alimentación con leche materna y la buena nutrición en la infancia son aspectos cruciales para lograr dichos objetivos y, en particular, los que se refieren a la supervivencia infantil.Por lo tanto es imprescindible fortalecer una “cultura de la lactancia materna”, con la participación no sólo de los gobiernos sino también de las comunidades, los centros de salud, los medios de comunicación, entre otros. Ellos cumplen un papel clave, brindando y garantizando el acceso a la información y el apoyo y acompañamiento necesario para las familias y las mamás.
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