El relevamiento detectó que desde fines de 2015 se perdieron unos 100 mil puestos de trabajo en el sector privado, producto de una recesión que se disimuló hacia el segundo tramo del año electoral 2015, pero que ya acumula cuatro años de pérdida sostenida de empleo. Cuando hubo bonanza económica, como entre 2004 y 2008, período en que el empleo formal crecía a un promedio de 8%, según el informe, no se tomaron las medidas que hubieran servido para enfrentar mejor tiempos difíciles como los actuales. El estudio subraya este aspecto, citando incongruencias como, por ejemplo, el alto porcentaje de empleo informal que subyace a un período de crecimiento sostenido, y que hoy conspira contra la seguridad laboral y resulta difícil de resolver en tiempos de caída de la actividad. Para la Mediterránea, es fundamental entender que detrás de la caída del empleo actual se ocultan problemáticas estructurales irresueltas en el mercado laboral debidas a que no se atinó a aprovechar los años de expansión de la economía “para aplicar reformas laborales de fondo que hubieran revitalizado la creación de empleo formal y la productividad en torno a los mismos”.Con uno de cada tres trabajadores en la informalidad, se acentúa la vulnerabilidad del mercado de trabajo ante coyunturas adversas, sostiene el informe; que no rehúye en su análisis la complejidad de un escenario que rechaza explicaciones simplistas. Sostiene, en cambio, que la recuperación del empleo depende no sólo de una mejora de la macroeconomía, sino de “una agenda activa de cambios legislativos, de política laboral e impositiva, que posibiliten el despegue”.
Discussion about this post