Cuando Horacio Barreiro observó que su padre era atacado por tres hombres armados, no dudó. El joven de 30 años corrió hacia los agresores y los enfrentó. En medio de la lucha, uno de ellos le efectuó un tiro y lo hirió en el brazo. Los otros dos no tuvieron piedad y también dispararon, pero Horacio logró refugiarse a tiempo. En total fueron tres detonaciones, todas dirigidas al muchacho quien, desesperado, acudió en defensa de su progenitor. El accionar, audaz pero arriesgado, logró frustrar un asalto donde los delincuentes encapuchados y fuertemente armados “estaban dispuestos a todo. Estaban jugados y preparados”, precisó Horacio en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Finalmente, los tres autores saltaron el portón de acceso de la vivienda ubicada en calle 122 de la chacra 225 -a metros de la avenida Uruguay- y huyeron con el portafolios de Carlos (58), padre del joven, donde guardaba papeles personales y dos cheques cuyos montos no fueron precisados. De acuerdo a fuentes policiales, los malvivientes escaparon en un automóvil que los esperaba cerca del inmueble. Una película de terrorEran cerca de las 2.15 de ayer cuando Horacio y su padre, Carlos, iniciaban una nueva jornada laboral. Como cada madrugada se dirigirían al Mercado Central, donde tienen un puesto de venta de frutas y verduras. “Yo siempre salgo a la vereda de casa y espero a mi papá. Vivo frente a la vivienda de mis padres, así que lo esperaba junto a un empleado”, recordó Horacio, quien de repente escuchó gritos y un golpe fuerte. Decidido, fue a ver qué pasaba. Al llegar, notó que lo habían rodeado y amenazaban con armas de fuego.“Corrí y vi que eran tres. Estaban encapuchados y escondidos en el patio de la casa de mi padre. Los tipos comenzaron a perseguirlo y a exigirle dinero y la llave de la casa. Estaban armados. Mi papá le dijo que se lleven todo, no ofreció resistencia. Ellos estaban organizados, con capuchas, decididos a cualquier cosa, estaban jugados”, sintetizó Horacio sobre los minutos de tensión que vivió en la madrugada de ayer. Desesperado por ver a su padre rodeado y encañonado, el entrevistado no lo pensó dos veces y saltó en su defensa. “En ese momento fui detrás de los hombres y les gritaba, no recuerdo qué les decía, pero me fui a defender a mi papá. Y ahí, apenas me estaba acercando, uno de ellos me dio un tiro. Después empezaron a disparar los otros. En total fueron tres disparos”, cuenta Horacio, que recibió un impacto pero logró refugiarse y zafar de los otros dos. Después de eso, los malvivientes huyeron a toda velocidad.“Le sacaron el maletín a mi viejo, saltaron el portón y escaparon”, precisó el muchacho, quien considera que los delincuentes, con acento lugareño, planificaron el robo en detalle.“Sospechamos que por lo menos manejaban nuestros horarios. Algo sabían, porque si no, no nos iban a esperar, pero nosotros no nos manejamos con plata. Sólo se llevaron dos cheques, los cuales ya denunciamos como robados”.De milagroSi bien fueron apenas algunos minutos, pareció una eternidad para las víctimas. Y Horacio, que se anima a hablar, sabe que todo “podía haber sido peor”. En ese sentido, reconoce que “fue suerte, porque si no, no sabemos qué hubiese pasado con nosotros”, en relación con que “la bala me quedó en el brazo y por suerte no tocó ningún nervio ni hueso”. Anoche, al cierre de esta edición, efectivos de la comisaría seccional Tercera, de la Unidad Regional I y de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos continuaban en la búsqueda de pistas para dar con los autores del hecho, cuyo paradero era aún un misterio.
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