Barboza nos convirtió en noticia en todo el país, por circular en una camioneta nueva del municipio (que según la investigación del Concejo estaba sin registrar), y alcoholizado chocó a un taxista de Leandro N. Alem que perdió la vida en la ruta nacional 14.El de ayer fue un mensaje lamentable que los ediles del oficialismo dieron a toda una provincia que esperaba que la razón primara por sobre los favores políticos. Para la renovación no es suficiente manejar ebrio, usar un vehículo municipal un día no laborable, chocar y provocar una muerte de un inocente trabajador para ser destituido de su cargo.Hoy, los misioneros ven cómo se protege a un dirigente que cometió todas las negligencias que se podían cometer. Un intendente que debió ser un ejemplo y no un representante de lo que un pueblo no merece tener al frente de una gestión.Las concejalas que rinde culto a un impresentable como Barboza como su conductor político ¿podrán dormir tranquilas esta noche sabiendo que cubrieron a un dirigente que ni siquiera pidió perdón por lo que hizo? ¿Dónde estan los altos funcionarios de la renovación que se cansaron de hablar de “delincuentes” por los que alcoholizados al volante provocan tragedias? En una provincia donde no hay justicia, donde la impunidad reina ante las víctimas inocentes, el poder político otorga un manto protector, indignante para cualquier buen ciudadano. Hoy, con el “ejemplo” de Barboza para qué controlar alcoholemia si da igual, si todo sigue como si nada hubiera sucedido. Ni siquiera la muerte.
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