A varios kilómetros de distancia se observa la columna de humo negro que se eleva hacia el cielo en la zona del paraje San Isidro, empujada por una breve brisa del sur. Ya más cerca del lugar, tras dejar la ruta 213, el aire se vuelve por momentos irrespirable, el olor a basura quemada molesta y la visibilidad no es la normal, porque una especie de bruma se hace cada vez más densa. En la excantera, conocida como la “olla”, hay “quema” de basura al menos un par de veces a la semana y los vecinos ya no saben qué hacer, a quién reclamar por una situación que incomoda y causa hasta afecciones respiratorias.En cercanías del predio en cuestión está el barrio Néstor Kirchner y otros, como “Los Patitos”, donde viven cientos de familias que en su mayoría fueron relocalizadas. También hay propiedades privadas con huertas, criaderos de cerdos y gallinas, que conviven con esta problemática que para ellos “se agudizó en los últimos meses” por la reiteración de las actividades de quema.En una recorrida de PRIMERA EDICIÓN por la zona, llamó la atención el temor que mostraron algunas personas por brindar su testimonio, “es que no queda bien claro de quien es el predio porque ya fuimos a pedirles que no quemen por el humo tóxico que sale de allí. Pero nos dicen que el lugar es privado y que la Municipalidad es la única que puede cerrarlo. Incluso hasta nos amenazaron para que no digamos nada a los medios de prensa”, explicó Roberto Fernández, quien vive en la zona cercana a la excantera. Más adelante, Fernández dijo que “no podemos seguir aguantando estas quemas que cada vez se repiten con mayor frecuencia. Antes lo hacían una vez al mes y dentro de todo, uno cuando eso pasaba, nos íbamos a otro lado, a visitar a parientes o al centro hasta que pasaba todo. En cambio ahora casi todas las semanas y varios días están quemando, lo que larga un humo que a veces tiene un olor muy fuerte, como de animales o también de aceite y neumáticos. Así ya no se puede seguir”.Peligroso para transitarOtro de los vecinos, que vive varias cuadras hacia el sur, apuntó que “a veces cuando sopla el viento norte se forma una cortina de humo y es peligroso pasar por el lugar porque el camino es el único para llegar al barrio. Queman a cualquier hora, no les importa nada. Más de una vez nos despertamos del olor que había en plena madrugada porque parece que el viento a veces reaviva los materiales que no se apagan del todo y vuelven a encenderse”.Según coincidieron varios de los vecinos, “cuando hubo toda la movida de descacharrizado por el tema del dengue vinieron a tirar un montón de basura y se formaron montañas de restos de heladeras, gomas, botellas, lavarropas y todo lo que uno se pueda imaginar que estaba en desuso. Todavía queda de eso, además de algunos privados que se arriman a tirar y no pudieron dejar allá por la zona de Cocomarola al fondo, al lado de Emsa. Acá todo el mundo sabe que esto ocurre, el humo afecta a todos pero más a los chicos, los viejitos y las personas enfermas. Si no es la municipalidad aunque sea Salud Pública debería intervenir para que esto se solucione”.La problemática, coincide la mayoría, en “que esto no es algo nuevo y el temor es que siga creciendo. Antes había pocas casas cuando llegamos a este lugar y si quemaban lo hacían una vez cada tanto. Ahora es más reiterativo y la cantidad de gente que vive es cada vez mayor, como el daño que ocasiona ese humo que tiene el olor feo, de basura donde hay hasta animales muertos”.
Discussion about this post