Con bronca y frustración, los usuarios del transporte público debían hacer este mediodía trasbordo desde Transferencia a la altura del ingreso al barrio Sesquicentenario, en Miguel Lanús y partir de allí iniciar un lento peregrinaje a pie hasta la siguiente parada en frente al club de canes, después del barrio Santa Rosa y de haber recorrido milla y media. Ni hablar del enojo de los automovilistas, por el caos generado a causa de la medida de fuerza, ya que la imposibilidad de hacer el desvió por la ruta ribereña cercenó cualquier posibilidad de llegar directo a sus destinos y obligaba a meterse en caminos alternativos. "Otra vez tenemos que pagar los platos rotos, nos ponen en un lugar de pobres contra pobres. ¿por qué las autoridades no toman carta en el asunto de una vez por todas? ¿qué tenemos que esperar o qué esperan: que nos enfrentemos unos contra otros?, fustigó enojada una jubilada que no iba a poder a llegar a horario para cumplir con el turno para el médico.El ánimo de la gente que caminaba en la ruta 12 estaba caldeado, y todos los disparos de la rabia que generó la situación, estaba dirigida a los cinco piqueteros que protestaban en cada uno de los corte, hacia quienes también iban dirigidos los insultos.
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