Apenas custodiado por sus dos abogados, el intendente de Arroyo del Medio Cristóbal Barboza dijo el viernes que fue víctima de un “golpe institucional” por la intervención a su municipio decretada por la Legislatura misionera en la noche del jueves, medida que buscará normalizar a la comuna tras el escándalo protagonizado por él mismo el pasado 19 de junio, cuando chocó al mando de la camioneta oficial con cuatro veces más de alcohol en sangre que lo permitido, incidente que tuvo como víctima fatal al remisero Alberto Mario Andersson (58). Mientras que en conferencia de prensa Barboza intentaba fustigar a la renovación denostando la medida, y arengaba a su pueblo a “resistir” la intervención, el Gobierno provincial firmaba el decreto de designación de Waldemar Wolenberg como interventor. El exintendente de Leandro N. Alem y exlegislador oficialista asumirá el lunes para “mediar y armonizar” el municipio, según declaraciones a PRIMERA EDICIÓN.?También iniciará una auditoría para conocer el real estado de la administración y mantendrá reuniones con concejales de todos los partidos y referentes de la localidad. Wolenberg deberá convocar a elecciones en los próximos 60 días, según establece la Constitución Provincial, aunque nada dice del plazo el decreto 1028/16 de designación que lleva la firma del primer mandatario Hugo Passalacqua. Según el jefe del gabinete de Ministros Adolfo Pischik, el interventor podría permanecer en el cargo hasta las elecciones legislativas de 2017. “Denunciados por corruptos”“Intereses y ambiciones personales y políticas de la oposición, sumados con pseudas manifestaciones éticas de mi partido se confabularon para consumar este golpe institucional que es la intervención de nuestra localidad. No lo vamos a permitir, hoy llamo a la comunidad toda a que se ponga de pie” leía un errático Barboza ante los medios de prensa presentes en su convocatoria, en la que se defendió con argumentos al menos llamativos. Dijo, por ejemplo, que la política no debía cuestionar sus “acciones privadas” y ubicó al incidente fatal que protagonizó alcoholizado en ese plano. También consideró como resaltable, el hecho de haber pagado 500 mil pesos de caución real para salir en libertad tras el incidente vial, y para ello “no tocó ni un solo peso” de la Municipalidad. Elípticamente, el que pronto será exalcalde de Arroyo del Medio hasta se animó a una advertencia dirigida a los “políticos que denunciados por corruptos hoy hacen leña del árbol caído, sabiendo el suscripto quiénes son y lo que hicieron”. Si bien en la lectura del documento elaborado por sus abogados aseguró que resistirá en su puesto, después, preguntado por los periodistas, dijo estar dispuesto a acatar la intervención y a recibir a Wolenberg, ya que “hay una ley” que así lo ordena. Este último aclaró que no tiene “nada contra Barboza” y que está dispuesto a dialogar con el alcalde saliente este lunes. “No me gusta confrontar porque lo paga el pueblo. Voy a pacificar, no voy por la cabeza de nadie sino a poner orden y a que el Municipio arranque”, aseguró. “Es lo mínimo que podían hacer”Maricel Andersson no tuvo tiempo ni ganas de celebrar la intervención del municipio de Barboza, que se conoció justo al cumplirse dos meses de la muerte de su padre. El alejamiento del alcalde no le alivia el dolor, aunque le parece que “era lo mínimo que podían haber hecho desde el Gobierno”, ya que cada día que Barboza pasaba al frente a la comuna era “una burla, una dolorosa ironía para mi familia”. “No es que estamos mejor porque lo hayan sacado, porque igual mi papá no está… tratamos de remarla todos los días pero no es fácil. Papá salió con una sonrisa de casa y yo lo tuve que ver tirado en la ruta”, lamentó.
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