El carácter de lingua franca que el inglés ha adquirido en los últimos cincuenta años en el mundo y el fenómeno de la globalización, junto con la cultura de la posmodernidad, han motivado la necesidad de promover el estudio de este idioma.Si bien el inglés siempre ocupó un papel importante en la Argentina, cabe destacar el rol fundamental de la actividad traductora e intérprete en el desarrollo y destino de un país.No basta solamente con aprender inglés, una acabada formación es cada vez más necesaria ya que, sin dejar de lado la afirmación de la propia cultura, disponer de una lengua internacional que permita la comunicación entre personas que hablan diferentes lenguas es un requerimiento básico para la integración activa de nuestra nación.El inglés es el idioma de los negocios y del comercio internacional, de la industria del turismo y de la publicidad, del control del tráfico aéreo y marítimo, de las nuevas tecnologías y de las publicaciones académicas y científicas.Prescindir de este idioma significa quedar aislado y caer en un enclaustramiento autorreferencial, lo que dificultaría el diálogo y el intercambio cultural en su sentido más amplio.De ahí que se torne tan importante el manejo de este idioma para que se convierta en un instrumento para resolver los problemas y dificultades entre hablantes de lenguas diferentes, para que favorezca la inserción de nuestro país en un mundo globalizado, posibilite el acceso a textos científicos y técnicos y aumente la capacidad de interacción, inserción y comunicación con países anglohablantes.Los conceptos volcados por el traductor y lingüista español Valentín García Yebra en torno a la traducción y su importancia han sido principios inspiradores para que muchos argentinos decidan interesarse en el aprendizaje y la traducción de idiomas extranjeros, sobre todo el inglés. Dice García Yebra: “La traducción ha sido acaso el más importante procedimiento para la propagación de la cultura. Una lengua se enriquece sobre todo por los elementos nuevos que, incorporados a su peculiar sustancia, producen su desarrollo. […] Las lenguas como los pueblos, necesitan renovar su sangre; no pueden practicar una rigurosa endogamia”.Con respecto al arte de traducir, expresa que “una traducción debe decir todo lo que dice el original, no decir nada que el original no diga, y decirlo todo con la corrección y la naturalidad que permita la lengua a la que se traduce. “La traducción consiste en reproducir en la lengua receptora (llamada también lengua terminal) el mensaje de la lengua fuente (o lengua original) por medio del equivalente más próximo y más natural, primero en lo que se refiere al sentido, y luego en lo que atañe al estilo”.El “estilo” y el “sentido” son dos conceptos que un traductor debe tener siempre presente. Una de las metas del traductor es ser un vínculo entre dos culturas, y si dicho profesional respeta el estilo y el sentido original del texto fuente, se cumplirá el objetivo. Se trasladará lo que el autor en el idioma original quiso transmitir a otro idioma, por lo tanto, a otra cultura4.En su obra Teoría y práctica de la traducción, el autor también menciona dos fases presentes en el proceso de traducción: la fase de la comprensión y la fase de la expresión. La primera consiste en comprender, es decir, entender y encontrarle el sentido del texto original. La fase de expresión, por el contrario, consiste en buscar expresiones en la lengua meta para poder reproducir en esta lengua el contenido de la lengua original.Según la Directora del Instituto Cervantes de Casablanca: “[…] El traductor es un puente entre culturas, no sólo entre lenguas, también entre culturas. Si no conoce la cultura de origen es difícil que vuelque el texto a la lengua de destino y que el lector no sienta que se fuerza de alguna forma”.El célebre autor y traductor Julio Cortázar expresa, asimismo, la idea de que el traductor compone una suerte de nexo, de mediador entre dos idiomas. Cuando uno traduce, es decir, cuando no tiene la responsabilidad del contenido del original, su problema no son las ideas del autor porque él ya las puso allí; lo que uno tiene que hacer es trasladarlas, y, entonces, […] su función es trasladar de un idioma a otro con las diferencias que haya…Cortázar da a entender que el traductor debe trasladar ideas, y la importancia que existe en respetar el contenido del texto original con las diferencias que existan en ambos idiomas, en ambas culturas. Por lo tanto, una de las dificultades del traductor es la posibilidad de perder parte del mensaje lo cual es un problema al que el traductor debe estar preparado para afrontar y para saber resolver. La idea de “salvar una brecha” implica ser una especie de “puente” entre dos culturas, entre dos idiomas. Poder traducir un mensaje en una lengua fuente a otra lengua meta sin dejar marcas de dicha traducción corre por cuenta del traductor, quien es el responsable de unir dos puntos “opuestos”.Los conceptos referidos a la traducción vertidos por traductores y lingüistas renombrados como los arriba mencionados realzan la importancia de esta disciplina como nexo entre culturas y como vehículo para la propagación del conocimiento. De ahí que el traductor así también como el intérprete deben ser especialistas de la comunicación, de cuyo trabajo depende el que un mensaje emitido en un código lingüístico diferente al del receptor sea comprendido en toda su plenitud.Colaboración: Claudia Bértolo Profesora Titular Lengua Inglesa I y Lengua Inglesa II. Tecnicatura Universitaria en Traducción e Interpretación en Inglés. Universidad Católica de las Misiones
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