Bruno, Jorge y Alexia vienen de lugares diferentes, pero la vocación por el Derecho los encontró en la universidad. El último martes también los unió la primera cita del “Proyecto Inocencia” en Misiones. Los tres son parte de un grupo de diez estudiantes avanzados que de manera voluntaria se transformaron en los primeros en trabajar bajo las consignas de la organización en el interior del país.Una gran responsabilidad. En eso coinciden los tres y, en general, el grupo de trabajo comandado por el letrado Eduardo Paredes, que ya tiene su primer caso en estudio. Se trata del expediente que derivó en dos condenas a prisión perpetua por el crimen de Pablo Fraire (28), perpetrado el 25 de noviembre de 2002 en el barrio Alta Gracia de Posadas.Por ese hecho, en marzo de 2009 fueron sentenciados Oscar Ramón “Poli” Castel (35) y Gabriel Gustavo Aranda (32). A través de distintas etapas, la versión misionera del “Proyecto Inocencia” buscará profundizar en esa investigación para contrastar las pruebas colectadas y determinar si, desde su perspectiva, la sentencia fue justa.“Los chicos están con muchas ganas, es la primera experiencia fuera de Buenos Aires y significa un avance, un descubrimiento para todos los que estamos inmersos”, explicó Paredes ante PRIMERA?EDICIÓN, que presenció la primera reunión en una de las aulas de la Universidad Gastón?Dachary.La revisión de la causa no será de la noche a la mañana. “El denominado ‘caso Fraire’ es el primero en el que vamos a trabajar y que reúne las condiciones, que son que haya una persona con condena firme, que siempre haya mantenido su inocencia, que la condena sea grave y que le resten más de cinco años en prisión. Y?claro, que sean por un error en los hechos y no por una nulidad procesal”, explicó Paredes.Con el caso ya escogido, los estudiantes ahora deberán comenzar a realizar el trabajo de campo. Entrevistas con testigos, análisis de la escena del crimen -por calle Francia casi Tomás Guido- y, sobre todo, la contrastación de los hechos enumerados en la sentencia con las pruebas producidas en la instrucción resultarán en la labor clave.“Esto puede o no superar el test. Si lo logra, recién entonces el ‘Proyecto Inocencia’ entraría formalmente con su estructura completa para trabajar a pleno”, señaló Paredes, que confía en que la práctica permita “producir profesionales más críticos con el sistema y, a la vez, que el Estado tome conciencia de que hay inocentes en las cárceles. La conclusión es que es necesario un control a la agencia judicial, acá y en todo el mundo, porque no es sólo un problema nuestro”.Los estudiantes, quienes tienen en sus manos el avance del proyecto, saben de la responsabilidad que les cabe y, sobre todo, de que no será una tarea sencilla, más que nada por el paso del tiempo. “Sabemos que no va a ser fácil, pero entender que la vida o la libertad de una persona depende de uno te hace comprometerte más con todo”, sintetizó Jorge, uno de los estudiantes. “Creo que hay muchas condenas erradas, gente que está pagando por algo que no hizo. Es muy difícil concientizar a la gente sobre eso y esa creo que también es nuestra misión”, apuntó Alexia sobre el nuevo desafio en puerta.
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