Un relevamiento realizado por la prestigiosa Fundación Interamericana del Corazón en internet y en puntos de venta de distintas ciudades argentinas identificó cuatro estrategias que reflejan este cambio en las acciones de las tabacaleras. Por un lado, se detectó la asociación de segunda marcas de cigarrillos con las primeras marcas más reconocidas. Esto se observa, por ejemplo, en los exhibidores de cigarrillos ubicados en los quioscos, donde se ven paquetes de Viceroy o Chesterfield ($37) intercalados con paquetes de Philip Morris y Lucky Strike ($48 y $52, respectivamente).Otra es destacar a las segundas marcas en los quioscos. Por ejemplo, a través de paquetes de grandes dimensiones de Chesterfield o Rothmans (cuyo precio, en formato box, es $32), que son utilizados como objetos decorativos, y de la presencia de anuncios de estos cigarrillos al lado de las cajas.También se observó que la industria tabacalera apuesta a lanzar nuevas marcas que compiten en el segmento de bajo precio. Este es el caso de Rothmans, que ingresó al mercado hace pocos meses.Por último, la cuarta estrategia relevada fue el lanzamiento de ediciones limitadas de las primeras marcas a 3 ó 4 pesos menos que las versiones originales, como la edición limitada de Philip Morris Caps Music a $37, promocionada tanto en quioscos como en el sitio web de la marca."La ley nacional de control de tabaco y su reglamento prohíben las promociones de descuento, por lo tanto, la industria encontró este artilugio de las ediciones especiales para hacer descuentos en sus marcas premium y no perder consumidores", protestó la directora ejecutiva de FIC Argentina, Verónica Schoj.Estas tácticas reflejan que la industria, en un marco de aumento de precios de los cigarrillos, despliega estrategias de marketing y promociones de precios que facilitan el acceso al tabaco y promueven que los fumadores se pasen a marcas más baratas para no perder clientes, la mitad de los cuales morirá por el producto de venden. Estas estrategias son mundialmente utilizadas por las tabacaleras y minimizan el impacto sanitario de las políticas fiscales a los productos de tabaco que buscan reducir el consumo para proteger la salud.Fuente: Infobae
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