Susana Le Bretón (70) confecciona y vende una increíble producción artesanal de manteleria y blancos, ahora con motivos navideños. Su fin provoca ternura: todo lo que gana, lo ahorra para ir a visitar sus nietos que viven en Brasil. “En cuanto junte la platita que me hace falta ya voy a ir”, dijo a SextoSentido tras recibirnos en su modesta vivienda de Itaembé Miní. Las metas para cubrir el pasaje y trasladarse a San Pablo están puestas en enero próximo. “Todas las veces que vendo algo, aparto lo que puedo destinar para el pasaje. Amo a mis nietas y mi vida es para ellas. Ahora estoy con todo, produciendo con motivos navideños y la gente que no me encuentra en las ferias me puede hacer pedidos por whatsapp y ahí combinamos la entrega”, explicó la emprendedora.Lejos de lo que pueda pensarse, Susana realizará la travesía hasta San Plablo en micro, ya que según contó: “me siento segura viajando así, toda la vida he realizado viajes con ese medio de transporte porque me permite disfrutar el recorrido”, confió.Este espíritu viajero de doña Susana responde a que no tiene ningún familiar directo en Posadas, salvo sus ahijadas, primas, sobrinas, y por su puesto sus amigas, que la ayudan a pasar los días con optimismo.Verla sonriente, enérgica, hace que cueste imaginar los dolorosos sucesos que marcaron su vida: el fallecimiento de su madre, cuando ella tenía tan solo un año y 29 días de nacida, la prematura muerte de su hijo adolescente de 15 años, Hugo Manuel; y hace dos años la partida de su esposo y compañero de toda la vida por nada menos que 52 años.“Esto de coser y de bordar quizás esté en mis genes”, reflexiona un momento después de repasar con la mirada todas las fotos de sus nietos y colocarlas amorosamente sobre la mesa. “No conocí a mi mamá, pero quizás ella tuvo algo que explica mi gusto por la costura y los bordados: se desempeñaba como profesora en la industria de maquinas de coser Singer en Concordia (Entre Ríos) donde nací. A los 5 años, tras un segundo matrimonio mi padre me trajo a vivir a Misiones”", ´-recordó- “Aquí me casé y tuve tres hijos varones”. “Por cuestiones de trabajo, hace 15 años la vida quiso que los dos hijos de doña Susana se vayan de Posadas. Uno de ellos está radicado en Puerto Iguazú (Argentina) y el otro en Foz de Iguazú (Brasil), pero como vivieron algún tiempo en San Pablo, los nietos de Susan están establecidos en aquella ciudad brasileña, de hecho una de sus nietas trabaja en la ciudad paulista como nutricionista y la otra es decoradora de ambientes. Una tercera está estudiando medicina. “Nos vemos poco, pero siempre estamos en comunicación. El amor siempre es más fuerte, que la distancia y que todo”. Parece una frase hecha pero, hay algunas historias mínimas, cotidianas que resumen así la gran fuerza de voluntad que las impulsa a sobresalir. La abuela emprendedora cuenta en una larga charla que la venta de sus artesanías, además de juntar alguito de dinero para cubrir sus gastos, la ayuda a pasar el tiempo acompañada, rodeada de gente en las ferias: hace cinco años participa en la expo mujer, los domingos por la tarde vende en la costanera y los sábados, también por la tarde, en el paseo Bossetti.Ella contó que arma tempranito sus bolsos y se mueve en colectivo, aunque a veces se organiza con una artesana amiga que vive a la vuelta de su casa para ir en auto.La venta es dinámica, con lo cual hay días de buenas ventas y otros donde no se vende nada, pero ella no se deja vencer por ninguna adversidad: “Por lo menos esos días paseo, converso con mis amigas y me encuentro con personas que se ponen a conversar conmigo y me hacen muy feliz. Lo que el Señor no te da hoy, viene mañana”, declaró. “Yo tuve un matrimonio muy feliz, con todas las idas y vueltas de la vida, como cualquiera. Tuvimos tres hijos: Luis Alberto, Raúl Alfredo y Hugo Manuel. Algo que nos marcó para siempre fue la temprana partida de nuestro hijo Hugo Manuel, a los 15 años, pero bueno aceptamos, nos resignamos pensando que estaba en los planes de Dios y continuamos por los otros hijos, que en aquel momento nuestro consuelo fue que cuando ellos formaran familia y que nos iban a alegrar la vida con los nietos y así fue”, refirió. En total doña Susana tiene ocho nietas y un nieto, dos bisnietas: Nicole y Catalina, además de un tercer nieto que está en camino, aunque todavía no saben el sexo.“Estoy contenta y a la expectativa de su llegada”, confió con una sonrisa.“Por gracia del señor, salimos de graves problemas de enfermedades, salimos adelante con fe y amor.Eramos emprendedores, teníamos negocio, pero a veces la vida te muestra que las cosas no son como uno dispone, sino como Dios quiere. Nunca me imagine que a esta altura tenemos que trabajar mucho para sustentarme y poder vivir dignamente”, suspiró pero ella no se deja ganar por la pena.“Después de que falleció mi esposo, fui dos veces a San Pablo y a Florianopolis, estos viajes me dan el panorama positivo de la vida”. PorMyrian Vera [email protected]
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