Dolor. Apenas esa palabra alcanza para describir las horas más difíciles por las que pasa Garuhapé, que ayer por la mañana despidió a Luis Alberto (30) y Lorena Elizabeth Vallejos (23), quienes perdieron la vida en la tragedia vial del último miércoles sobre la ruta nacional 12, en el acceso al pueblo, allí donde también murieron Joaquín (5), hijo de Luis, y Axel (3), hijo de Lorena. “Eran los únicos hijos y, también, los únicos nietos de mi hermano. La familia está devastada. El pueblo entero está muy triste”, le dijo ayer Carolina, tía de Luis y Lorena, a PRIMERA EDICIÓN, tras agradecer el acompañamiento de la localidad de 4 mil habitantes.Ayer, cerca de las 11, casi nadie quedó en el pueblo, que prácticamente no tuvo actividad oficial. A esa hora, una caravana interminable despidió a Luis, Lorena y Axel en el Cementerio Municipal. El cuerpo del otro menor fue trasladado a Mar del Plata, donde Luis cumplía funciones en la Prefectura Naval Argentina y donde actualmente reside la madre del pequeño. Allí será velado.Los dos hermanos nacieron y crecieron en Garuhapé-Mí, a doce kilómetros de Garuhapé. Cursaron sus estudios en el Bachillerato 34 -donde trabaja como preceptora la madre de ambos y que ayer permaneció de duelo, sin clases- y, cuando se recibieron, tomaron caminos distintos:?Luis se anotó en la fuerza federal, mientras que Lorena decidió seguir los pasos de su padre y se radicó en Eldorado para estudiar Enfermería.“Era una excelente profesional, muy predispuesta y con voluntad para la atención de los pacientes. Todos estamos acongojados con su partida. Nadie esperaba algo así”, le contó ayer a este Diario el doctor José Luis Rivero, director ejecutivo del Hospital Samic de Eldorado, donde Lorena ejercía su profesión. “Ella trabajó en clínica médica, ginecología y terapia intensiva”, agregó el profesional de la salud. “Era una excelente alumna. Hasta fue abanderada en la secundaria y, aunque embarazada, continuó cursando y se recibió. Tenía previsto alcanzar la licenciatura”, recordó Carolina, tía de las víctimas.La joven había optado por el camino ya trazado por su padre, enfermero en el Caps de Garuhapé y muy querido por los vecinos.“Todo el personal de la Municipalidad lo acompañó personalmente en la despedida. Se trata de una familia muy querida por el pueblo. Ahora sólo nos queda acompañarlos. No alcanzan las palabras, no hay consuelo para ellos. Se quedaron sin sus hijos y sin sus nietos”, reflexionó ante PRIMERA EDICIÓN el intendente de Garuhapé, Avelino González, quien vivió sus 54 años en el municipio y conoce en profundidad cada fibra del pueblo. “La verdad es que no recuerdo tanto dolor en todos estos años”, aseguró el jefe comunal.Ayer por la mañana prácticamente no había movimientos en la zona urbana de Garuhapé. No hubo clases ni en el Bachillerato 34 ni en ninguna otra escuela de la zona. El pueblo se volcó de lleno al acompañamiento de los familiares en busca de aliviar en algo el dolor que, en realidad, es de todos.
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