Minutos de extrema tensión fueron los que vivió a última hora de ayer -miércoles- un magistrado posadeño, después de que dos desconocidos armados lo golpearan e intentaran secuestrarlo a bordo de su automóvil, todo frente a su casa y cuando acababa de llegar.Se trata de Manuel Silva Dico, titular del Juzgado Laboral 1 de la capital provincial, quien sufrió lesiones en el rostro al trabarse en lucha con los maleantes, quienes finalmente cedieron de sus intenciones al no poder arrancar el Peugeot 408 de la víctima.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, todo sucedió alrededor de las 22 sobre avenida Lucas Braulio Areco (115), a 200 metros de la intersección con Bustamante, frente al Club San Francisco. Silva Dico acababa de estacionar su vehículo y se disponía a entrar a la vivienda cuando fue abordado por dos desconocidos, uno de unos 48 años y otro de 20. “Métase doctor, métase en el auto”, le dijeron los maleantes, uno de los cuales portaba un revólver que sería calibre 32 milímetros. A la fuerza, los delincuentes lograron ese primer objetivo y empujaron al magistrado hacia las butacas traseras. Entonces, el letrado inició una feroz resistencia, en medio de la cual recibió varios golpes en el rostro y la nuca.Mientras eso sucedía, el sospechoso armado intentó arrancar el automóvil con el objetivo de escapar, en lo que evidentemente era un intento de secuestro. Sin embargo, no pudo hacerlo al no encontrar la llave de ignición. “¿Dónde está la llave? Deme la llave” esbozó el maleante, que en ese momento aparentemente disparó de manera intimidatoria, según los primeros datos.Al no encontrar la llave, el nerviosismo comenzó a ganar el temple de los maleantes, más aún cuando dos vecinos comenzaron a acercarse al lugar ante los pedidos de auxilio de Silva Dico. Esa fue la gota que rebalsó el vaso para los delincuentes, que finalmente decidieron darse a la fuga a la carrera por avenida Lucas Braulio Areco, en dirección a Bustamante.Ante la gravedad del caso, efectivos de la comisaría seccional Decimotercera, de la Unidad?Regional I y de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos montaron un operativo de proporciones en busca de los autores del hecho, trabajo que continuaba anoche, al cierre de esta edición. En el barrio, mientras tanto, todo era asombro y conmoción.Sobre las hipótesisSi bien no se descarta ninguna hipótesis, todo apunta a un intento de secuestro no sólo porque trataron de arrancar el vehículo con la víctima en el interior, sino también porque los delincuentes jamás exigieron elementos de valor al juez, tales como el teléfono celular o la billetera, que estaba casualmente al lado de la palanca de cambios.Otro dato que abona esta teoría tiene que ver con que los delincuentes sabían quién era la víctima, en virtud de que lo llamaron por su profesión. La investigación continuaba anoche.