Arnaldo es creyente y considera que la fe en Dios pudo más y lo salvó. Antes de comenzar a dialogar con PRIMERA EDICIÓN, preguntó por el estado de salud de <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/236376/dia-de-furia-violo-orden-judicial-ataco-a-tiros-a-su-esposa-y-la-dej.html">la mujer que fue baleada en la misma parada de colectivos donde él estaba. </a>Pese a que son vecinos y nunca la había visto antes, al saber que la misma se encuentra en coma farmacológico mostró su preocupación y manifestó que “todo es cuestión de tener fe y las cosas van a salir bien”. Aún shockeado por lo sucedido, recibió a este medio en la verdulería donde trabaja “de lunes a lunes”. Mientras mejora de la herida que sufrió, Arnaldo recordó el hecho: “justamente estaba esperando el colectivo, a una cuadra de mi casa en el barrio San Lucas, cuando escuché que en la vivienda que está detrás de la parada una mujer discutía con un hombre. Ella le gritaba que ‘no la golpeé, que no le haga nada’. Por un momento hubo calma y de repente escuché como un golpe y vi que el hombre intentaba meter a la fuerza a la casa a la mujer. Pero de repente salió corriendo hacia donde yo estaba. Se puso detrás mío y se prendió de mi cintura. En eso veo que el tipo la perseguía y llevaba un arma de fuego en la mano. Le dije al hombre que se tranquilice, que hable bien, que lo único que iba a lograr con esa actitud era complicar las cosas, que con un arma no iba a arreglar nada”, recordó Arnaldo. “Entonces el tipo puso el arma de fuego en la cintura, es decir que me escuchó. Luego le dijo a la mujer que ‘vuelva a la casa’, pero cuando ella le contestó que no, sacó de su cintura el arma de vuelta y disparó. Pude sentir como la bala pasó al lado mío, sentí como un vientito en uno de mis brazos. Lamentablemente ese proyectil impactó en el brazo de la señora. En esos momentos yo me quedé quieto. El tipo vio que yo no reaccioné para correr o salir del medio, porque me quedé escudando a la señora. Nos apuntaba y buscaba la forma de tratar de dispararle a ella. Allí, y eso lo pude ver en su cara, me di cuenta que no le importaba nada, que iba a disparar igual. Le grité ‘aguantá aguantá’…pero no dejaba de apuntarme, entonces me tiré hacia atrás y en eso disparó. La bala me dio en una mano en plena caída. Me caí encima de la señora. Por unos segundos ella quedó descubierta y entonces le disparó, por lo menos dos veces. Luego el tipo salió a correr y de repente comenzó a tirar contra una casa, que luego me dijeron era porque vio las cámaras de seguridad e intentaba darle a las filmadoras. En ningún momento me asusté. No es la primera vez que me ocurre algo así, en Buenos Aires un ladrón me gatilló porque no le quise dar mi celular, pero el tiro no salió. Creo que la fe en Dios me salvó y que la señora ahora va a estar bien”, concluyó con los ojos al cielo.
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