El mundo dejó atrás otro 8 de marzo, tan importante y significativo como los anteriores. La fecha es una construcción histórica que requirió de varios hechos que tuvieron como protagonista a la mujer trabajadora. En Misiones, hablar del rol de la mujer y del trabajo es hacer referencia a uno de los ejes que hicieron posible el surgimiento de la provincia. Puntualmente el puerto de Posadas, la zona comercial de "La Placita" con sus puestos de ventas y las paseras. Estas últimas posibilitaron su crecimiento: La Placita como patrimonio histórico de la provincia “nace por las mujeres”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN Silvia Gómez, del Archivo Histórico de la Municipalidad capitalina.Tras casi 170 años de los primeros relatos que dejaron en evidencia la actividad que se realizaba a orillas del Paraná, se podría decir que este “es un camino del feminismo, entendido como la reivindicación de los derechos laborales de la mujer (porque desde ahí nace el movimiento). Ellas pelearon, sin tomar conciencia, por su fuente laboral ante la realidad de tener que mantener y educar a sus hijos”, explicó Gómez.Las paseras supieron ganar su espacio y derecho para mantener a sus familias desde épocas donde el trabajo femenino fuera del hogar era muy mal visto. “Las primeras trabajaban en la avenida, al aire libre, se reunían cuando venían de Villa Encarnación, por eso las llamaban villenas, y pasaban cosas en canoas, por eso paseras. Bajaban en el puerto y subían para vender en el radio céntrico y algunas, las que eran muy mayores o estaban embarazadas o recién habían parido, se quedaban en una de las plazoletas de la avenida Roque Sáenz Peña que era la bajada al puerto, ahí ponían sus paños. La mayoría de lo que vendían era verdura, fruta, tabaco, mercancía al menudeo, ubicaban en sus mantas en las plazoletas por eso se llama ‘La Placita’ y era usual hasta hace unas décadas la imagen de las señoras con los canastos en la cabeza y las chiperas”, relató.De generación en generaciónCierto es que la tradición de esta actividad fue pasando de generación en generación y llegó hasta la creación del mercado modelo actual. El oficio de ser pasera lo transmitían de tía a sobrina, de madrina a ahijada “y muchos gobiernos y entidades públicas han intentado frenarlo, llegando a perseguir a quienes se dedicaban a este ‘comercio hormiga’”, según lo expone Gabriela Schiavoni en su trabajo de investigación “Frágiles brazos, pesadas cargas”.Usualmente eran mujeres que habían sido expulsadas por sus familias porque “para la moral de aquella época (comienzos del siglo XX) habían dado el mal paso, con embarazos siendo solteras lo cual significaba un pecado mortal debido al adoctrinamiento sobre las mujeres y la virginidad, la castidad siempre funcionó como herramienta de dominación y manipulación. En esos tiempos tenían muy pocas posibilidades de trabajo, quizás como sirvientas semi esclavas, con esa historia de las empleadas cama adentro; también como prostitutas, en esos tiempos ya había trata de mujeres ya que no todas las prostitutas eran por vocación sino que la inmensa mayoría eran explotadas; como lavanderas que retiraban la ropa, lo cual no les dejaba el dinero suficiente para sostener a una familia pero este comercio con la ciudad vecina sí”.Pese a las vicisitudes, la labor de estas mujeres logró abrirse paso y construir un panorama favorable para las generaciones que las sucedieron. Aún quedan descendientes de aquellas trabajadoras que criaron a sus hijos y nietos gracias a la actividad del comercio con Paraguay. Ellas son el ejemplo de una fuerza femenina para nada débil, sino que formó parte del surgimiento de esta ciudad fronteriza con todas sus particulares características.Las paseras, el comercio con Encarnación, La Placita “todo forma parte de la idiosincrasia posadeña, es el recuerdo permanente de que poseemos una raíz en común, de que nuestro lazo con Paraguay es ancestral, acá el río siempre fue el medio de comunicación, nunca hubo una división geopolítica que pueda separarnos completamente. Esa raíz sigue estando y la historia nace desde la mujer villena, las cuales han soportado cualquier tipo de vejamenes, persecuciones y difamaciones, en época de territorios, gobiernos democráticos y de factos”, cerró Gómez.
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