Una dura acusación recayó sobre Horacio Rubén Acosta, el posadeño juzgado junto a otros presuntos diez cómplices por la “narcobanda”?que traficaba cocaína desde Bolivia a Santo Tomé (Corrientes). El fiscal ante el Tribunal Federal de dicha provincia solicitó que el misionero cumpla una condena de diez años de prisión por “lavar” el dinero que la organización ganaba mediante la distribución del estupefaciente desde el norte correntino hacia los grandes centros urbanos del país.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes, quienes confirmaron que el letrado Carlos Schafer apuntó al imputado misionero por el “blanqueo” de los capitales de la banda, al tiempo que solicitó veinte años de cárcel para los tres presuntos líderes, Carlos Pacheco, Dante Niemiz y María Calabrese.En tanto, el representante del Ministerio Público pidió 16 años para los bolivianos William Hurtado Suárez y Gabriel Pirro Moris al igual que para Edison Alvez Dzwieleski, a quienes endilgó la responsabilidad por el transporte del estupefaciente mediante la utilización de avionetas, ocho años para Jorge Villán y Carlos Pereyra, y diez años para José Velazco. Por último, solicitó la absolución de culpa y cargo a Noelia Britez.Los alegatos se iniciaron cerca de las 8.30 del miércoles en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes, sobre calle Carlos Pellegrini y La Rioja, y se extendieron hasta las 12.30.Fueron así cuatro horas de exposición por parte de Schafer, quien mediante recursos digitales presentó ante el Tribunal la perspectiva de la acusación sobre el rol que cumplía cada uno de los once imputados en la causa.En ese sentido, dijo sobre el posadeño Acosta que se encargaba de “blanquear” los capitales obtenidos mediante el ilícito a través de la adquisición de emprendimientos productivos agropecuarios. Para Schafer, además, el misionero tenía bajo su responsabilidad -compartida con otros integrantes de la banda- la organización de los vuelos que llegaban cargados de cocaína desde Bolivia y eran descargados en Santo Tomé para ser distribuidos a Buenos Aires y otras ciudades grandes por vía terrestre.Tras la alocución del fiscal, el Tribunal conformado por los magistrados Lucrecia Rojas de Badaró, Víctor Alonso y Fermín Cerolini llamó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes, cuando será el turno de los alegatos de la defensa. Recién entonce se sabrá el día en que se conocerá la sentencia.Los once imputados son juzgados por una investigación que tuvo corolario cerca de las 12 del jueves 14 de noviembre de 2013, cuando efectivos de Gendarmería Nacional realizaron una redada en la estancia Santa María del Aguapey de Santo Tomé, a 140 kilómetros de Posadas.En el lugar se toparon con una avioneta rodeada por un grupo de personas armadas y vehículos. Los sospechosos intentaron huir pero fueron alcanzados.?En la aeronave Cessna se secuestraron documentaciones de Bolivia, teléfonos, chips y elementos de importante valor. Se trataba de una megaorganización internacional. En el lugar había una cisterna con 1.500 litros de combustible para aviones, una pista clandestina y hasta un taller aeronáutico. Además, claro, 25 paquetes de cocaína que arrojaron un total de 329 kilogramos, una porción mínima en relación con lo que -se supone- traficaba la banda a diario.
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