El Centro de Interpretación exhibe un diseño arquitectónico que conjuga la modernidad tecnológica con la rusticidad que propicia la pertinente ambientación, todo fluyendo en perfecta armonía para ofrecer a sus visitantes un mágico viaje al mundo de los pueblos originarios.A su vez, en el mítico espectáculo de imagen y sonido se podrán divisar, tras una sutil cortina de bruma de agua, a los sacerdotes jesuitas y a los guaraníes despertando la historia dormida entre las rocas, presentándose ante los espectadores a través de hologramas en tamaño real, como si un portal se abriera dando paso al origen de la historia de nuestro pueblo.Al elegir este destino, quien recorra el lugar podrá ser testigo ocular de la cotidianidad de los pueblos originarios, sus usos y costumbres, sus preparativos en tiempos de guerra, sus objetos distintivos. Conocerá y entenderá sobre nuestra cultura, lo que dará sentido al posterior recorrido por las antes llamadas Ruinas Jesuíticas.En este marco, el ministro de Turismo, José María Arrúa, consideró que “se trata de un atractivo de carácter internacional y estuvimos trabajando intensamente en su conservación porque no es como otras obras, requiere de mucho cuidado constante”. La experiencia que se le brinda al visitante es única en la región. “No hay algo parecido en los países cercanos y eso sin dudas le da un valor agregado a la oferta”, remarcó.Tanto el CDI como el espectáculo de imagen y sonido enriquecen la Ruta Internacional Jesuítica que reúne las misiones de Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia.Si bien las propuestas ya puedan ser visitadas, desde el lunes funcionarán con otra impronta que buscará atraer a cada vez más turistas, teniendo en cuenta que históricamente la tierra colorada resulta un punto neurálgico para el turismo en Semana Santa.
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