El libro “Epilepsias y trastornos hormonales” fue traducido a varios idiomas y ya se vende en Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, pero es bien misionero. Su autora es la endocrinóloga Mariel Haseitel, una profesional de Misiones que, debido a que su hermano sufre de convulsiones, decidió investigar desde su ámbito de conocimiento las causas y los pormenores de esta enfermedad que se estima llegarán a padecerla alrededor de 70 millones de personas en todo el mundo. “El libro surgió por un llamado a concurso a nivel nacional, de distintas provincias y a mí me seleccionaron del Hospital Madariaga. Era un curso intensivo sobre enfermedades neuroendócrinas, que afectan la hipófisis y el hipotálamo. El curso finalizaba con la entrega de un trabajo que iba a premio, eso ocurrió en 2012 y de ahí fui galardonada con el primer premio por la Federación Argentina de Endocrinología. Ellos me ofrecieron que lo extienda a manera de publicación en artículo. Eso se publicó junto con el doctor Manuel Silva, el neurólogo del Madariaga, en la Revista Argentina de Endocrinología en abril de 2015”, explicó Haseitel sobre los inicios de los que después sería el primer libro de su autoría. “En base a la publicación de la revista se contactó conmigo en noviembre de 2016 la Editorial Académica Española y me propuso que profundice la investigación para que sea publicado como libro”. Los españoles habían leído el material y les interesó el tema, por lo que se ofrecieron a publicarlo. “Todo este trabajo que había presentado estaba en inglés y no estaba unido: los diferentes trastornos hormonales que produce, tanto la epilepsia como las drogas y a su vez las hormonas con la epilepsia. Existían diferentes publicaciones, por temas. La idea era unir los temas en un libro”, relató la profesional a PRIMERA EDICIÓN.El tema del libroEl libro habla fundamentalmente acerca de la epilepsia. “La inspiración fue mi hermano Gustavo”, indicó. Él, con 37 años, convulsiona. “Tiene crisis epilépticas hace cinco años. Él fue el disparador de la investigación. Estudiándolo a él me di cuenta que no había mucho sobre la enfermedad. Me preguntaba adónde lo derivo, siempre al neurólogo claro, pero qué impacto tenía esta enfermedad desde el punto de vista endocrinológico no estaba bien completo. Investigando desde ese lado comencé”. La epilepsia es la tercera enfermedad neurológica más frecuente a nivel mundial, aproximadamente de un 3 a un 5% de la población la tiene y se cree que 70 millones de personas van a padecerla. “Nosotros definimos a la epilepsia como una descarga neuronal anormal que surge en cualquier parte del cerebro y que puede, según las nuevas clasificaciones, ser focal o generalizada”, explicó Haseitel a este Diario y agregó que “es más frecuente en hombres, pero en mujeres es más fluctuante y las crisis varían dependiendo del ciclo menstrual. Este tipo de epilepsia la denominamos ‘epilepsia catamenial’, porque dependiendo de los cambios hormonales en la mujer es la frecuencia de crisis que va a tener durante los ciclos menstruales. Ahí ocurre un juego de hormonas, los estrógenos son estimulantes de la convulsión, son proconvulsionantes. En cambio la progesterona, protege”.Haseitel indicó que “las mujeres que padecen esta condición presentan con mayor frecuencia ciclos menstruales anovulatorios (menor tasa de ovulación y por lo tanto de embarazo), además es más frecuente la asociación de síndromes ovarios poliquísticos, de falla ovárica precoz o de menopausia precoz, que es cuando se inicia el cese de la menstruación antes de los 40 años cuando en realidad, en una población femenina normal, la menopausia ocurre prácticamente después de los 50 años”. Remarcó que “en el caso de la falla ovárica precoz o el desarrollo del síndrome ovárico poliquístico depende de donde se encuentra el foco epileptogénico, es decir, en qué hemisferio cerebral se origina el foco de epilepsia. Se ha relacionado que la falla ovárica precoz es del lado derecho, del hemisferio derecho y el síndrome ovárico poliquístico es de lado izquierdo”.Haseitel indicó que la epilepsia se manifiesta a cualquier edad, con dos picos de incidencia importantes, el primero en la niñez – adolescencia (más frecuente en niños) y el segundo pico en la vejez, “a esta última le damos más importancia porque suelen ser por causas secundarias, ya sea un cáncer o algún traumatismo. Ya se tiene que estudiar otra cosa”. Por otro lado, explicó que la epilepsia no son siempre convulsiones. “Existen diferentes tipos de epilepsia, está la epilepsia del gran mal, distintas clasificaciones e incluso a veces un tic puede ser una epilepsia. El grado de manifestación de la epilepsia es diferente. Lo puede tener cualquier persona y lo tiene mucha más gente de la que creemos”.Además, la epilepsia puede ser la causa de trastornos reproductivos en los hombres, “como en la función sexual, es común que tengan disminución del deseo sexual, trastornos en la fertilidad, alteración en los espermatozoides y ahí, dentro de las causas, se considera el estrés un factor, las drogas antiepilépticas que se utilizan para el tratamiento y el foco donde se origina. En este caso, el foco en la región temporal es lo que se asocia a estos trastornos en los hombres”. Por el mundo“Epilepsia y trastornos hormonales” es el primer libro de Haseitel y se vende en el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. “Es una herramienta para los médicos que tratan a estos tipos de pacientes porque existen alteraciones que ellos pueden llegar a observar, sobre todo a nivel de las hormonas tiroideas, que pueden ser causados por las drogas y no es necesario medicar, muchas veces interpretando mal el laboratorio pueden ser disparadores de crisis epilépticas si no se sabe manejar bien”.Haseitel hizo la primaria en la Escuela 504 de Posadas y la secundaria en la Comercio 18, también de la Capital de Misiones. Luego se mudó a Corrientes donde estudió Medicina en la Universidad del Nordeste. Su primera residencia la hizo en el Madariaga y en Buenos Aires hizo la carrera universitaria en endocrinología y metabolismo. En la actualidad es responsable de área de Endocrinología en el Hospital Madariaga y, desde 2016, es docente en la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de las Misiones (Ucami). Sus conocimientos ya se leen en el mundo.
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