Después de dos meses de espera todo sigue igual para los vecinos de la avenida 131, en Itaembé Miní, que perdieran numerosos electrodomésticos por el aumento desmedido de energía que hizo que a sus viviendas ingresaran 380 voltios. Fue el 16 de junio poco antes del mediodía cuando el camión de una empresa constructora enganchó los cables e hizo que los de alta tensión cayeran sobre la face de media tensión, y por poco causó una tragedia.Ahora los vecinos se enteraron que la empresa eléctrica rechazó la presentación de los pobladores por medio de una resolución, alegando que no se hará cargo de la reparación ni reposición de los electrodomésticos. Indignados, los usuarios aseguraron que iniciarán acciones legales, aunque el conflicto tarde diez años en resolverse. Javier, uno de los damnificados, manifestó que en más de veinte años que vive en la zona nunca se hizo un cambio de línea ni de postes que se encontraban en estado deplorable, menos aún, mantenimiento, pero que lo llamativo del caso es que después de la “movida” de los vecinos y la publicación en PRIMERA EDICIÓN, finalizaron el nuevo cableado. “Lo hicieron con cables retenax que son los que se exigen ahora, no son más conductores desnudos. Lo hicieron del lado derecho, de norte a sur, de la avenida 131. Colocaron cables nuevos, todos preensamblados, aislados”, contó.A su entender, están haciendo los cambios “porque saben que la línea se encontraba en estado deplorable y porque nosotros hicimos el reclamo. Con esto quedan cubiertos. Ahora pueden decir que la línea está en condiciones. El hecho sucedió el 16 de junio, y dos meses después hicieron los cambios”. Recordó que cuando un inspector de Emsa llegó al lugar para verificar lo sucedido, enviado por el ingeniero Hobecker, que es el encargado de Redes, “dijo a un vecino que por el momento postes y tendido eléctrico no se iba a cambiar porque Emsa no tenía dinero para hacerlo. Y que tampoco se concretarían reparaciones en esta línea. Ahora mandaron a cambiar los cables, como diciendo arreglamos esa parte para que después no nos reclamen nada”. Se quejó porque como usuarios de cualquier tipo de servicios de la ciudad no tuvo respuesta en Defensa del Consumidor menos aún en la Defensoría del Pueblo. “No estamos amparados ni protegidos por nadie. No tenemos derecho a nada. Estamos a la buena de Dios”.A Javier se le quemó un televisor que terminó de pagar un mes después del siniestro. “Está en una agente oficial y no lo puedo retirar porque sale casi cuatro mil pesos. La computadora no sirve más, tengo que armar una nueva pero necesito diez mil pesos”, comentó, indignado.
Discussion about this post