No es novedad alguna afirmar que el olfato de los perros es entre diez y cien mil veces más potente que el del hombre. Los canes antinarcóticos son el ejemplo diario. Sin embargo, este miércoles, el sentido más destacado de los canes aportó indicios fundamentales en la investigación de un crimen por primera vez en Misiones. Los animales detectaron rastros del gremialista asesinado Pablo?Sabino Achingo?(58) en el vehículo que los homicidas habrían utilizado para trasladarlo hacia el lugar donde lo abandonaron.La estrella de la jornada fue “Tommy”, un golden de la Brigada de Canes de la Policía provincial que fue adiestrado para tal fin durante los últimos seis meses. Ayer, en su bautismo de fuego y después de analizar las muestras recolectadas en el Citroën C-4 secuestrado en la causa, señaló directamente a los frascos en los que se ubicaron prendas de vestir que Achingo utilizó horas antes de ser ultimado.“El olor humano es único de cada persona y lo que hacen los perros, por medio de esos olores, es identificar si una persona estuvo o no en un lugar. Es la primera vez que se realiza esta técnica en Misiones”, le dijo ayer a PRIMERA?EDICIÓN el médico veterinario Mario Rosillo, especialista en odorología forense, la ciencia encargada de seguir -a través del mejor amigo del hombre- las huellas de olor que quedan tras cada paso.Si bien se trata de una prueba indiciaria, no determinante, se estima en una certeza cercana al 90 por ciento. Es decir que serán ahora las pericias genéticas las que definan lo que se supone, que los restos de sangre encontrados en la butaca trasera del Citroën C-4 son de Pablo Achingo.Frascos y oloresLa pericia se llevó a cabo ayer por la mañana en el auditórium de la Jefatura policial, ante la presencia del magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1, y efectivos de Canes, Criminalística y Homicidios.Rosillo vive en Corrientes, aunque recorrió el mundo junto a sus perros. El más emblemático, “Corbata”, que trabajó incluso en la investigación por el secuestro de Cristian Schaerer, estuvo ayer en Posadas, aunque ya está retirado y dejó paso a “Tommy”, quien también es adiestrado por el veterinario.Ese can fue el encargado de llevar adelante el trabajo, que se realizó de la siguiente manera. Primero, con paños, criminalistas tomaron muestras de la butaca trasera del Citroën C-4 y las ubicaron en un frasco rotulado como “olor base”. Después, con las ropas que Achingo vistió por última vez antes de irse a jugar al fútbol aquel martes 6 de junio, se conformó un “frasco testigo” que se ubicó en línea con otros cuatro recipientes. En cada uno de ellos, muestras diferentes de prendas y restos de otras personas.“Tommy”, adiestrado para obtener los “datos” de ese “olor base” y encontrarlo en uno de los cinco “frascos testigo”, hizo lo que tenía que hacer: caminó y se sentó primero al lado del frasco “5”; después de que los peritos coordinaran una nueva ronda, apuntó directamente al frasco “2”. Justamente en esos dos frascos habían sido ubicados los registros de olor de Achingo.La línea principal“Tommy” le sumó peso a la línea investigativa que sostienen los investigadores, quienes apuntan a que en ese Citroën C-4 Achingo fue trasladado desde el lugar donde lo golpearon hasta la chacra 130, donde fue hallado sin vida alrededor de las 6 del miércoles 7 de junio.Ese vehículo fue secuestrado por efectivos de la Unidad Regional X en medio de una investigación por varios robos perpetrados por dos de los ahora apresados por el crimen. El luminol realizado por los científicos confirmó el hallazgo de restos de sangre humana en la butaca trasera.De la reconstrucción de los detectives surge que Achingo fue engañado por una joven de 22 años, la “entregadora”, quien lo llevó hasta un inmueble donde el sindicalista fue atacado a palazos y quedó inconsciente. Los autores pensaron que estaba muerto, por lo que lo abandonaron en la chacra 130 y lo prendieron fuego. Allí, finalmente, Achingo murió por asfixia. Su auto apareció totalmente incinerado en el Acceso Oeste de Posadas.Tal como PRIMERA?EDICIÓN informó en su edición de ayer, esa muchacha y sus cuatro presuntos cómplices de 23, 24, 25 y 30 años fueron imputados provisoriamente a última hora del martes por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, que prevé penas de 10 a 25 años de prisión.Indagados por Cardozo, los cinco coincidieron en que no tienen ningún tipo de relación con el crimen e incluso dijeron no conocerse entre sí. La joven aseguró que se encontraba con otro hombre. Y uno de los acusados dijo que estaba en un bar pool de avenida Lavalle. Sin embargo, los indicios que tienen las autoridades del caso, al menos por ahora, los apuntan directamente.Tratan de dar con la ruta que siguió la víctimaEn las últimas horas, el trabajo de los investigadores se centraba en tratar de reconstruir por completo la ruta que siguió el?Renault Fluence de Achingo, tanto antes como después de ser ultimado por sus homicidas.En ese sentido, según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, los detectives ya cuentan con algunas imágenes de cámaras de seguridad privadas que ubican el automóvil del sindicalista. El objetivo es establecer el camino que siguió el auto incluso hasta el camino interno del?Acceso Oeste donde apareció incinerado.Por otra parte, además de los cotejos genéticos a realizar entre los restos biológicos hallados en el Citroën C-4 y en el VW?Suran utilizados por la banda, Cardozo entregó a peritos de la Saic el teléfono celular de la “entregadora”. Trascendió que la misma habría “reseteado” el aparato antes de ser apresada.?De todas maneras, las huellas digitales quedan y pueden ser fundamentales para establecer, por ejemplo, el rol que podría caberle a ella y al resto de los imputados en el crimen.Sobre los teléfonos de los cuatro detenidos, llamativamente todos aseguraron que “perdieron” los mismos antes de ser apresados.
Discussion about this post