Una situación difícil es la que se vive por estas horas en la Escuela de Oficiales de la Policía provincial. En las últimas semanas se habría registrado un brote de sarna que, según las fuentes consultadas, afectó a por lo menos veinte cadetes que cursan la carrera policial. La situación habría llegado a tal punto que las autoridades debieron dar franco a un grupo de estudiantes para evitar un mal mayor.Mientras se investiga el foco infeccioso, PRIMERA EDICIÓN pudo saber que un factor determinante en la expansión del contagio tendría que ver con el grado de hacinamiento que se observaría en el lugar, donde las capacidades máximas habrían sido superadas y prácticamente duplicadas.Según la información a la que tuvo acceso este diario, actualmente en la Escuela Superior de Cadetes General Manuel Belgrano de la fuerza cursarían alrededor de 600 aspirantes: en el tercero y último año hay alrededor de 120, en el segundo año serían unos 180, mientras que los que ingresaron este año suman un total que se aproxima a los 300.Esa habría sido la situación que desbordó al instituto. Es que años anteriores el total de cadetes en los tres años de estudio era cercano a 300, el número que hoy ocupan solamente los aspirantes de primer año. Y entre todos, el número total prácticamente duplicaría a esa capacidad.En ese contexto, es decir, para soportar tremenda y sorpresiva demanda, habría sido que en el predio debieron crearse nuevas “cuadras” o “barracas” que fueron instaladas de apuro y no con las mismas condiciones que las originales.“La infraestructura no está preparada para recibir tantos cadetes. Se ‘inventaron’ dormitorios donde no los había porque no dan abasto de la cantidad de chicos que hay”, reveló a este medio una fuente reservada, quien indicó que las autoridades de la Escuela “tratan de hacer lo que esté al alcance y se pueda”. La lupa está puesta entonces más arriba: pese a las altas inscripciones, no se realizaron nuevas obras ni se previeron cuestiones sanitarias, aseguran.Para colmo, padres y familiares de cadetes -que también se encuentran afectados por un probable contagio- aseguraron que en el instituto no se tomaron medidas suficientes para paliar el brote de la enfermedad.No obstante, las fuentes indicaron que en los últimos días se compraron colchones nuevos y se fumigaron algunos sectores.La situación -confirmada en varios casos según los padres por diagnósticos de médicos privados- habría alcanzado incluso a los oficiales educadores, ya que una oficial también habría terminado infectada.
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