El único detenido por <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/251625/asesinaron-a-golpes-a-un-changarin-en-santa-ines.html">la muerte de Osvaldo Romero</a> se abstuvo de declarar ante el juez de Instrucción 2, César Yaya, quien de todas maneras lo imputó como sospechoso de “homicidio calificado por ensañamiento”, delito que prevé pena de prisión perpetua.Tras ser escoltado por efectivos de la Unidad Regional X, el hombre de 50 años nacido en Campo Grande se amparó en su derecho de no responder preguntas sobre lo sucedido durante la noche del sábado 22 de julio en el barrio La Esperanza del paraje Santa Inés, perteneciente al municipio de Garupá.También changarín de la construcción, como su presunta víctima fatal, fue aprehendido el domingo dos horas después de que una sobrina de Romero de 17 años lo encontró muerto dentro de su reducida vivienda de mampostería de la calle Pugliese en el mencionado asentamiento.Las descripciones de testigos y un hematoma en el rostro lo acercaron a la sospecha. Se estableció además que fue la última persona vista junto a Romero.Efectivos de la Dirección de Homicidios y de la Brigada de Investigaciones UR-X lo ubicaron a menos de 50 metros en una propiedad que cuidaba y realizaba mantenimiento.El miércoles guardó silencio ante el juez Yaya y fue comunicado de la imputación procesal. Su defensora oficial, Criseida Moreira solicitó la excarcelación, pero le sería rechazada, de acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN.El agravante por ensañamiento eleva la pena a prisión perpetua en caso de ser hallado culpable, de acuerdo al inciso 2 del artículo 80 del Código Penal Argentino.Osvaldo Romero tenía 67 años y fue <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/251837/el-changarin-de-garupa-recibio-al-menos-siete-martillazos-en-la-cabe.html">muerto de al menos siete golpes de martillo que le destrozaron el cráneo</a>. El changarín fue hallado dentro de su vivienda, pero de acuerdo a las primeras averiguaciones de los pesquisas, fue atacado en plena vía pública y rematado con un martillo o maza dentro de su hogar el sábado a las 23 aproximadamente.En la casa de Romero fue hallada la herramienta con la que se presume lo mataron: un pesado martillo utilizado en obras de construcción del que se extrajeron huellas dactilares que están bajo análisis en la Policía Científica. Podría sumarse como determinante el relato de testigos de la zona que los vieron juntos a Romero y al detenido, incluso comprando bebidas alcohólicas en una despensa del barrio La Esperanza.
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