Se presentó este jueves y guardó silencio ante la jueza de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, el empresario ganadero de la zona Centro de la provincia citado como “testigo sospechoso” por la causa en la que se investiga el asesinato del distribuidor de carne Nicolás D’Amico.
Como lo adelantó PRIMERA EDICIÓN, el empresario de 58 años fue llamado a testimoniar tras el caudal de datos y pedidos de informes presentados por los abogados querellantes Claudio Katiz y Luciano Luna, en representación de María Alejandra Abrantes (viuda de D’Amico).No pudo concurrir a la primera citación efectuada para el lunes 28 de agosto.
En esa oportunidad, su abogado patrocinante presentó un certificado médico y se le fijó la nueva fecha para declarar. Ayer cumplió con la obligación y, de fuentes confiables, se pudo establecer que negó haber tenido alguna relación comercial o patrimonial con los cinco involucrados en el expediente y que solo a uno de ellos le “alquilaba” el local de la avenida Las Américas de Oberá, donde funcionaba el abasto al que D’Amico proveía carne de una cadena frigorífica de Lobos, Buenos Aires.
Admitió que lo conocía porque se había iniciado como empleado de esta carnicería. Y que con el correr de los años decidió alquilarle el predio y proveerle carne de su producción en la localidad misionera de Campo Grande.
También sostuvo que al momento del asesinato de D’Amico, llevaba mucho tiempo manteniendo solo la relación de alquiler en comodato porque su inquilino le había solicitado romper el vínculo como su proveedor porque obtuvo como alternativa uno de mejor precio para sus intereses.
Vale recordar que los querellantes presentaron el pedido de citación en carácter de “testigo sospechoso” en mayo, y en el planteo sostienen además la necesidad de requerir diez pedidos de informes que abarcan desde el Banco Central de Argentina y AFIP, a los registros de habilitaciones comerciales provinciales y de la Municipalidad de Oberá.
“Relación directa”
La querella sospecha que este empresario tendría “relación directa con la orden de matar” a “Junior” D’Amico (bonaerense de 35 años) durante la noche del viernes 30 de octubre de 2015 en un abasto de Oberá y luego calcinar su cuerpo dentro de su Volkswagen Bora en el paraje Chatón, jurisdicción de Leandro N. Alem.Al empresario lo relacionan con uno de los cinco procesados que tiene la causa y supuesto propietario del abasto donde habría sido ultimado D’Amico.
Para los querellantes se trata de un “presta nombre” o “testaferro”. Consideran que el empresario misionero y su entorno, “montaron en la práctica una asociación ilícita, para llevar adelante sus ‘negocios’, donde cada uno ha cumplido un rol perfectamente establecido, con distintos rangos: dueño, encargado, pero que, sin lugar a dudas, el ‘jefe’ y organizador del esquema” es el misionero al que apuntaron.
Señalaron que en los informes periciales surgen comunicaciones los días previos y posteriores al asesinato y que el presunto “mentor” del homicidio “concurría en forma asidua, casi a diario”, al abasto donde fue se concretó a barretazos la muerte.