“El Mégane lo atropelló y utilizó el cuerpo para subir a una cuneta”. La frase es solo una parte del crudo testimonio del efectivo de Gendarmería, Marcelo Javier Aguilar, quien fue testigo presencial del momento en que un vehículo Renault Mégane, al mando del agente de Policía Daniel Zorrilla, atropelló y mató a su compañero de tareas, el gendarme José Riquelme De La Cruz en la localidad de San Javier. La declaración fue en el marco del juicio oral y público que se puso en marcha ayer en el Tribunal Federal de Posadas. En el banquillo de los acusados se encuentra Zorrilla, detenido desde la tarde del 11 de abril de 2013, cuando iba al volante de su vehículo sobre el kilómetro 16 de la ruta 4 que une las localidades de San Javier y Leandro N. Alem. El testimonio de uno de los gendarmes que estaba junto a la víctima el día del hecho fue el del alférez Marcelo Javier Duarte Aguilar, quien antes de declarar manifestó: “solo me interesa que se haga justicia por mi compañero”. El oficial recordó que en aquella jornada procedieron a realizar un operativo cerrojo en la mencionada arteria que consistía en ocultarse a un costado y vigilar la presencia de algún vehículo sospechoso. Para ello el grupo integrado por siete uniformados se dividió en dos grupos distantes a unos dos mil metros uno del otro. El oficial al mando alertó la presencia de un vehículo VW Gol color gris, que por sus características sería conocido en la zona. “Es el auto de Ricardo Melo, lo conocemos”, recordó haber dicho Aguilar.En ese momento dijo que “dí la orden al otro grupo para que procedan a realizar el control en la ruta, pasaron 10 minutos y visualizamos el Mégane, iba rumbo a San Javier, y se dirigía hacia donde se encontraba el control. Aprovechamos para salir y realizar otro procedimiento a unos mil metros, en eso consiste el operativos cerrojo” reveló. Pero explicó que el vehículo realizó una brusca maniobra y dobló en “U”, volviendo tras sus pasos, sin cerciorarse que los federales estaban esperando en otro control, al mando de Aguilar. Nadie imaginó que lo peor estaba por ocurrir. Los uniformados notaron que el Mégane se les venía encima sin intenciones de detenerse “el vehículo nunca desistió su marcha y atropelló a mi compañero. El cuerpo de De La Cruz terminó en una alcantarilla al costado de la ruta. Lo atropelló y utilizó el cuerpo para subir a una cuneta, porque si no estaba el cuerpo, el auto quedaba en la alcantarilla”, recordó el testigo visiblemente consternado y ante el silencio sepulcral que invadió la sala ante los espeluznantes detalles del hecho. Luego agregó que al ver semejante cuadro “no atiné a nada, ese día había una buena visibilidad, no puede decir (el imputado) que no nos vio, él sabe la modalidad que hacemos nosotros. Fue algo muy feo, cuando el auto chocó a De La Cruz voló su arma y el chaleco. Todo esto nos sorprendió porque se trataba solamente de una infracción”, puntualizó.“Me bajé del auto y corrí hacia el monte porque estaban disparando”El único imputado por el terrible episodio, el expolicía Daniel Zorrilla, declaró ayer y afirmó ante los jueces que “me bajé del auto y corrí hacia el monte porque estaban disparando”. De esta manera justificó el motivo del porqué huyó de la escena luego de atropellar y matar al gendarme De La Cruz, quien se encontraba realizando el control vehicular a la altura del kilómetro 16 sobre la ruta 4. Estos dichos fueron negados por todos los efectivos de gendarmería que actuaron esa tarde en el procedimiento y durante sus respectivas declaraciones. El jefe del procedimiento, Marcelo Duarte Aguilar, dijo que “nunca utilizan el arma reglamentaria cuando un vehículo burla un control de esas características”. Luego el imputado afirmó que él se encontraba en el momento del hecho en compañía de una persona a la que identificó como Lucas Machado, y que transportaban un cargamento de siete cajas de cigarrillos. El acusado nunca negó que manejaba el Mégane implicado en el hecho y admitió que en el momento del lamentable suceso llevaba la citada carga. Zorrilla también afirmó que “ese día le pidió el vehículo a Ricardo Melo para ir a buscar a su hijo, porque su auto se encontraba en el taller, luego aprovechó para dar unas vueltas en compañía de Lucas Machado e ir hasta Alem”. Cuando estaban en camino dijo que “divisó al costado de la ruta un vehículo VW Gol que le hacía señas”. Explicó que “el conductor de ese auto les ofreció 800 pesos para llevar siete cajas de cigarrillos hasta el cruce entre San Javier e Itacaruaré”. El Mégane salió con dicho cargamento consistente en siete cajas de cigarrillos por la ruta 4, y al llegar a la altura del kilómetro 14 divisaron un control de Gendarmería entonces, para no ser descubiertos con el contrabando, dieron la vuelta en “U” y se marcharon a toda velocidad, sin percatarse que a casi dos kilómetros se encontraría con otros efectivos de gendarmería quienes realizaron un operativo cerrojo. En ese sentido Zorrilla afirmó que una camioneta azul se pone a la par de su vehículo, entonces realizó una brusca maniobra y se cambió de carril y que nunca vio un control de gendarmería. “En ese momento una persona invadió el carril, hice otra maniobra violenta y escuché el impacto. No había conos ni chalecos”, manifestó el imputado quien es representado por el abogado Ricardo Skanata.“Mató sin ningún justificativo”El abogado Carlos Arnaldo Genovese, quien representa a la familia del gendarme De la Cruz, manifestó: “todos los testimonios de los testigos fueron muy claros en explicar cómo sucedieron los hechos”.Además agregó, “Zorrilla trató de evadir dos controles a cualquier precio, se trató de una muerte injustificada”. El juicio continuará hoy a partir de las 8, en el Tribunal Federal de la calle Félix de Azara de Posadas.
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