Al momento de recordarla, son muchos los rasgos que la distinguieron a la Hermana Ivonne Pierron en esta vida. El coraje, la solidaridad, el espíritu inclaudicable, la confianza, la entrega, el buen ánimo y la felicidad, eran moneda corriente en ella, a pesar de los duros momentos que le tocó vivir.Precisamente, a través del libro “Misionera durante la dictadura” relató su particular historia y los sucesos que le tocó padecer durante el gobierno militar en la década del 70 en la Argentina.“En toda lucha hay siempre un sobreviviente para contar la verdadera historia”, remarcó quien fue compañera de Alice Domon y Léonie Duquet, las monjas francesas secuestradas y sometidas a tormentos en la ESMA y luego arrojadas al mar en 1977.Durante aquel lamentable proceso militar que presidió Jorge Rafael Videla, el entonces teniente de la Marina, Alfredo Astiz, conocido como el “Ángel de la muerte”, fue el encargado de infiltrarse entre los familiares de las víctimas y entregarlas a los criminales de la ESMA. Ante la desaparición de las religiosas, la Embajada de Francia embarcó en un vuelo a Ivonne disfrazada de abuelita en silla de ruedas, con la complicidad del propio piloto del avión y la salvó de correr la misma suerte. “No recuerdo haber tenido miedo. Supongo que tiene que ver con mi historia también. Antes de venir a este país fui testigo de la Segunda Guerra Mundial y estuve cuatro años viviendo bajo tierra”, contó en más de una ocasión Pierron cuando se le preguntaba por aquellos difíciles años.“Ningún torturador arrepentido”La Hermana Pierron escribió su historia junto al periodista David Bornstein: “Me pareció un deber. Para que los jóvenes sepan que, aun en una dictadura, luchar por los necesitados vale la pena”. Y dejó en claro que rechaza la lucha armada. “No hay reconciliación sin arrepentimiento. Y no conozco a ningún torturador arrepentido. Dicen que Alfredo Scilingo (el militar detenido en España) se arrepintió. Creo que eso queda entre un hombre y Dios”, señaló en una entrevista al diario La Nación, en agosto de 2009.En Argentina desde 1955La religiosa Ivonne Pierron nació en el año 1928 en Alsacia, Francia, de profesión maestra y enfermera. Perteneció a la congregación Hermanas de las Misiones Extranjeras. Llegó al país en 1955, estuvo un tiempo en Buenos Aires, luego se trasladó a la Patagonia y después se radicó en Corrientes, donde misionó junto con los campesinos de Curuzú Cuatiá y Goya. Luego debió exiliarse forzadamente a Francia, en 1977, escapando a la dictadura del gobierno militar presidida por Jorge Rafael Videla. Regresó a la Argentina una vez restablecida la democracia, en 1984, y continuó con su incansable labor con los más pobres en Pueblo Illia (Dos de Mayo), Misiones.Legión de HonorEn el año 2005 el Gobierno de Francia condecoró con las insignias de la Legión de Honor a la Hermana Pierron en una ceremonia realizada en la sede de la Embajada de ese país en Buenos Aires, en ocasión de la celebración de un nuevo aniversario de la Revolución Francesa.Desde su exilio forzado en París había trabajado con las Naciones Unidas y el Parlamento Europeo para denunciar las violaciones a los derechos del hombre que ocurrían en el Cono Sur. También en Nicaragua“En el 80 fui a Nicaragua porque pedían gente para la reconstrucción del país y a mí me faltaba América, la gente criolla. En noviembre de 1984 volví a Buenos Aires, pero no podía volver a Corrientes porque estaba marcada como terrorista y no quería asustar al pueblo. Entonces surgió la propuesta de Misiones. Yo estaba en el sur con los mapuches pero quería quedarme en el nordeste. Volví pero no sabía si verdaderamente había un cambio”, dijo la Hermana Pierron en una de las tantas entrevistas.DistinguidaEn agosto de 2013 el Concejo Deliberante de Posadas le rindió un pequeño homenaje a Ivonne Pierron por su ejemplar trayectoria y resolvió que el puente que vincula la ciudad con la “Casita de Mártires” lleve su nombre.Vale recordar que la “Casita de Mártires” fue uno de los centros de torturas durante la última dictadura militar y en ese lugar se levanta el monolito en memoria de las víctimas de ese período nefasto de la historia argentina.También recibió varios homenajes en la Legislatura Misionera y mediante documentales de distintos realizadores.
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