Por lo que se vio en las audiencias, el final parecía previsible. Sin embargo, no deja de resultar insólito tanto el desenlace como el proceso por el que “Buche” (28) finalmente fue absuelto el miércoles por el beneficio de la duda, tras ser acusado por la violación de un “trapito” de 12 años en pleno centro de Puerto Iguazú.La propia madre de la víctima, quien declaró ayer en el juicio e indicó que poco importaba la resolución del Tribunal ya que su hijo “está perdido en la droga”, y una curiosa presentación espontánea del pequeño junto con el acusado ante una psicóloga para confesar que su denuncia era una mentira -hace un año- no hicieron más que agregarle aristas inusuales a un caso que finalmente se cerró sin responsables.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, la última de las audiencias comenzó cerca de las 9 de ayer en el Tribunal Penal 1 de Eldorado, conformado para la ocasión por los magistrados María Teresa Ramos, Lyda Inés Gallardo y Eduardo Javier Jourdan.Tal como lo había requerido la fiscalía, a cargo del letrado Federico José Rodríguez, finalmente fue encontrada la madre del menor -de 12 años al momento de los hechos, en abril de 2015- quien brindó un duro relato sobre la actualidad del pequeño.“Mi hijo está perdido, poco importa si hay o no condena”, lanzó la mujer, quien dio a entender que el pequeño estaría inmerso en el mundo de las drogas, en alguna ciudad de la región, con paradero desconocido.La declaración de la mujer cerró la ronda de testimoniales, que dejó más dudas que certezas. A lo largo del juicio ningún testigo presentó elementos concretos contra “Buche”. En ese sentido, fue trascendental la declaración de un amigo del denunciante, de 16 años, quien explicó a los jueces que el día del hecho acompañó a la víctima hasta la comisaría seccional Primera para denunciar una serie de golpes que recibieron en una gresca. Respecto al abuso, fue contundente y advirtió que se trató de “un invento” de su amigo.El policía que en aquella oportunidad recibió a los menores en la dependencia también declaró como testigo, recordó la denuncia por golpes y también la versión del abuso, aunque aseguró que sobre ese aspecto el “trapito” no había sido claro a la hora de formalizar la acusación.No obstante esos relatos, fue la declaración de la psicóloga que atendió desde un principio al niño en situación de calle quien agregó aún más confusión. La especialista dijo que en un comienzo el pequeño sostuvo la denuncia, pero en 2016 se produjo un hecho insólito: el “trapito” se presentó en su despacho nada más y nada menos que junto a “Buche” para confesarle que había mentido y que el acusado no lo había violado.Esa escena fue la que derivó en una serie de estudios psicológicos al menor que permitieron al acusado llegar en libertad al debate oral. Y ese encuentro, formalizado por la psicóloga en el debate, derivó en un pedido de investigación por parte de la fiscalía sobre la violación de la restricción de acercamiento a la víctima que pesaba sobre “Buche”.Lo cierto es que, al final, a la hora de los alegatos, el fiscal Rodríguez no tuvo más opciones que solicitar la absolución del joven por el beneficio de la duda, requerimiento que acompañó el doctor Rafael López, defensor oficial.Sin pedido de condena formal, el tribunal finalmente resolvió absolver por el beneficio de la duda a “Buche”, quien salió así en libertad de la sala de audiencias, después de un juicio que tuvo aristas más que inusuales.
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