En las góndolas capitalinas el kilo de pan dulce artesanal costará alrededor de 250 pesos, igual que el año pasado. Con las expectativas de no tener que aplicar aumentos, pese a la inflación en toda la cadena de producción, los empresarios están afinando el lápiz a toda costa con dos objetivos: no subir el precio del producto ni resignar en envoltorio y así llegar a las mesas navideñas con una demanda parecida a la que tuvieron en 2016.“No por aumentar se gana más plata, al contrario, vendemos menos. La mayoría estamos manteniendo los precios del año pasado y creemos que se va a mantener el criterio porque ya compramos la fruta al precio de junio que no es el mismo de ahora”, fue la respuesta de Omar Acosta, propietario de Tahona (actualmente en la presidencia del Centro de Industriales Panaderos) a la consulta de PRIMERA EDICIÓN sobre ese producto en particular.Por otra parte, en los barrios y en los supermercados de la ciudad también empiezan a aparecer en las góndolas budines y panes dulces. Todos con la misma particularidad: paquetes similares a los de otros años pero con menor gramaje. Así se consiguen budines de 300 gramos a 28 pesos y pan dulce de 400 gramos a 48. Acosta explicó que es una práctica que se está poniendo en uso para evitar subir el precio. Mantener el mismo envoltorio y sabor, pero una medida más pequeña, es una práctica cada vez más recurrente de la industria alimentaria para evitar subir el precio.“Esa es una manera de hacer que la gente todavía pueda consumir, es verdad”, explicó el comerciante según quien “la gente que compraba 20 pesos de pan sigue comprando por 20 pesos, lleva un poco menos quizá cada vez, pero es la forma de poder seguir comprando”, describió. “En Misiones las panaderías también sentimos las asimetrías con Paraguay. Tal vez no directamente, pero peso que se va hacia allá no vuelve”, lamentó.Muy cautosDe acuerdo a las palabras de Acosta, el mercado no está para soportar una suba porque no hay efectivo circulando.“En el centro los precios están consensuados y son todos más o menos parecidos, apuntando a una calidad similar. Lo mismo se hace con el pan y con la factura”, describió. De acuerdo al panorama del empresario, ese es el criterio con el cual se manejan también con los demás productos: tortas, masas y el pan que entre todos acordaron subir 10% hace un tiempo, que llevó el precio de 36 pesos a 40 pesos el kilo.“Los aumentos se están haciendo sostenibles, el pan no aumentaba hacía dos años. Los empresarios estamos sosteniendo los precios como podemos. Los proveedores de queso, leche, azúcar y demás no te preguntan si pueden aumentar, cuando vienen lo hacen con precios nuevos y nosotros no tenemos más remedio que comprarles. Nos queda eso o cerrar”, graficó.Desde el Sindicato de Panaderos, su titular, María Villalba fue cauta al momento de hablar del precio del pan dulce y otros productos navideños porque “todavía no se sabe si para este mes va a haber aumentos de materia prima, lo que se sabrá más hacia fines de octubre. Si eso no ocurre estimamos que será mínimo el aumento que se aplique en ciertos productos de temporada”, señaló la mujer.De todas maneras, Villalba anticipó que desde el sindicato se van a sentar a negociar nuevas paritarias. De hecho, en esta semana que pasó se celebró una reunión de consejo directivo en la federación del sindicato tras la cual se presentó el pedido de reapertura de paritaria ante el Ministerio de Trabajo, que se había asentado en el acta anterior.“Antes de fines de octubre nos vamos a volver a sentar para ver si se consigue un plus navideño y aumento para enero o febrero de 2018, o tan solo lo primero. Está complicado porque la crisis está perjudicando a todos por igual”, lamentó.
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