"Los vagos", film del que participó el realizador audiovisual misionero Santiago Carabante, en coproducción con “La unión de los ríos”, tuvo un excelente paso por el 32° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el evento cinematográfico más importante del país, a la altura de Cannes y San Sebastián.“Las tres funciones estuvieron llenas, la película tuvo muy buenas críticas, está teniendo un buen boca a boca, la gente habla muy bien, gusta sobre todo de las actuaciones y el aspecto técnico de la fotografía, estamos muy contentos, muy expectantes, esto nos sobrepasa y nos parece mucho más de lo que podíamos esperar”, confió a PRIMERA EDICIÓN el productor.Recordó que “‘Los vagos’ trata sobre un verano en la vida de Ernesto, un pibe misionero que estudia en Buenos Aires y viene a la provincia a pasar el verano con su familia, amigos y su novia, un poco a través de sus vivencias lo que vamos viendo es como se está resistiendo o queriendo retrasar lo máximo posible la llegada de la adultez, si bien es una comedia dramática tiene como esa cosa nostálgica de lo que se termina, del último verano, tiene el aire de algo que llega a su fin, igual que la época del año”.Con escenas que se filmaron entre Corrientes y Misiones durante cuatro semanas, más una que se rodó en Buenos Aires, aunque “el proyecto tiene por lo menos cuatro años durante los cuales lo fuimos trabajando. Filmamos el año pasado y de diciembre a hoy, justo para el festival, lo terminamos, nos llevó casi un año, no de corrido, todo lo que es la edición, el color, el sonido, ir montando, buscando, emparejar la película”, sostuvo Carabante.Apoyo estatal, imprescindibleMucho se dice en torno al apoyo que debe o no hacer el Estado a la producción multimedial y al trabajo que los realizadores llevan a cabo en el país y en la provincia, sobre la que entendió Carabante que “el que tenga su propio instituto y que fomente la actividad cinematográfica, televisiva, multimedial, audiovisual es muy positivo”.“Entonces, ante el momento difícil que vive el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que está pasando una serie de transformaciones que, a mi modo de ver, están restringiendo la producción de actor y cine más independiente, tener el Instituto de Artes Audiovisuales (IAAviM), comandado por gente del medio, no es un dato menor, que entiende de rodajes y demás, nos permite seguir en carrera”, remarcó el productor.E insistió en que esto permite este “estreno en Mar del Plata, cuando veníamos de estrenar una en el Bafici, mientras en este mismo momento se está filmando una miniserie, ‘Mata salvaje’, hace un mes rodamos ‘Manduricio’ y, al mismo tiempo, ‘Urú’, eso no es casual, es producto del trabajo de los productores que salimos a buscar fondos nacionales, que son insuficientes pero sabemos que hay un instituto acá que nos apoya y complementa con aportes, logística, permisos y luego con difusión, que eso es fundamental”.“Cuando recorremos otras provincias y entramos en contacto con colegas entendemos que nuestra Ley Audiovisual es un ejemplo que está replicándose y creo que somos una de las pocas que tiene su instituto, así que el fomento del audiovisual misionero es emergente, es muy fuerte”, apuntó.En cuanto al consumo, Carabante opinó que “hay que separar el producto del mercado, por lo menos yo y me consta que mucha gente no filma para llenar una sala, para que le guste a fulano, ‘Los vagos’, por ejemplo, son cinco chicos misioneros que surgieron de un casting, desconocidos, en el que lo importante era que para nosotros y el espectador se refleje un grupo de amigos, quizá poner al Chino Darín nos aseguraba 500 mil espectadores, no tengo idea, pero nosotros priorizamos nuestra identidad, la verdad de lo que queremos contar por sobre el mercado y eso tiene sus consecuencias respecto a una película como las que hacen Pedro Alfonso o José María Listorti, a quienes se ven todo el tiempo y es obvio porque están expuestos todo el tiempo”.“Nos diferenciamos de ellos, lo nuestro es otra cosa, entonces decir hay 500 películas y solo 50 se ven, puede ser así, pero esas cincuenta persiguen su objetivo, otras tantas se quedan en el camino y muchos otros solo producimos porque el cine crea identidad, un acervo cultural, el decir yo quería hacer esto, contar esto y de esta manera, ojalá meta un millón de espectadores, pero si no pasa, tiene otro objetivo”, subrayó.Y entendió que “por otro lado está la famosa frase que el cine argentino y el misionero no le gusta a nadie, ni al propio argentino, hablar de cine misionero es un proceso; por un lado de nuestra parte, que mostremos la calidad de lo que podemos hacer y que va en aumento, a medida que lo vamos haciendo va mejorando; por otro, cuando ves una producción misionera dale una oportunidad, pero no porque sea misionera, no creo que haya que ver nada porque es de acá, sino porque se está haciendo y se está haciendo de calidad”.Igualmente “no se puede hablar de un cine argentino que sea autosustentable, porque todos filman a través del INCAA y ahí también hay un error de concepción, cuando tenemos plata del organismo, que por lo general es la manera en que hacemos cine, lo toman como fondos porteños, cuando es un ente nacional y esa plata es de Buenos Aires como de cualquier otra provincia, todo el mundo filma con ese fondo”.“Esto para nosotros está funcionando, el camino que tenemos que recorrer es que el sector privado entienda la importancia de la producción audiovisual y nos apoye”, finalizó Carabante.
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