En esto se basa el Ministerio Público para pedir que la investigación continúe, ya que en el banquillo de los acusados por el momento solo hay tres. Los letrados Silke y Bys pidieron la máxima pena para Godoy, Alegre y Paz. La conducta de los imputados es de personas peligrosas, sostuvieron. Apuntaron a los testimonios que, para ellos, demuestran la culpabilidad del trío.
Los fiscales Estanislao Bys y Myriam Silke solicitaron la máxima pena para los tres imputados por la Masacre de Panambí. Fue este jueves, en el marco de los alegatos en el juicio que se le sigue al exprefecturiano Pablo Julio Paz, a Juan Ramón Godoy y al chapista Marcial Alegre.
Los representantes del Ministerio Público también pidieron al Tribunal Penal 1 de Oberá que, tras el debate, continúe la investigación del cuádruple homicidio, ya que a su criterio quedó probado en el testimonio de dos de las víctimas que fueron cinco los autores y que tres de ellos actualmente están sentados en el banquillo, dijeron, según pudo atestiguar PRIMERA EDICIÓN.
Bys y Silke, en sintonía con la querella, no dudaron en criticar a los defensores, al calificar el reciente pedido de recusación de los jueces como fuera de término, teniendo en cuenta que tuvieron numerosas instancias para pedir otras pruebas, revisiones de peritos de parte o para denunciar irregularidades.
En ese sentido, la fiscal expresó en reiteradas ocasiones que los defensores plantearon ante los medios de comunicación la idea de un complot, ellos mismos se pintaron como perejiles. Evidentemente esto fue ante la prensa para aparecer más adelante como víctimas.
Argumentos de la fiscalía
Los fiscales fundamentaron su acusación y necesariamente tuvieron que reconstruir lo sucedido entre las 19 y las 19.30 del domingo 25 de mayo de 2014 en la vivienda de la familia Knack en Panambí. Esto volvió a generar dolor y llantos en gran parte de los parientes presentes en la sala de debates.
Al respecto, Bys se refirió a un punto clave. Tiene que ver con la denuncia de Cristian Knack en su lecho de muerte, en el Hospital Madariaga. El joven dijo que vio un automóvil VW Bora de color gris -similar al de Godoy- en el que escapaban los autores. Para la defensa, la víctima se confundió con el VW?Gol de vecinos que pasaron por el lugar.
Cristian no se confundió, el vio el Bora gris con cinco ocupantes y fue su padre quien se cruzó luego con otro automóvil parecido, un VW Gol gris que era conducido por dos jóvenes que declararon en este debate, sostuvo el letrado.
Bys también citó a tres testigos que complicaron la situación del imputado Godoy.
Ezequiel Knack declaró que el día del hecho a las 19.30 fue sobrepasado por un Bora gris con vidrios polarizados que iba a alta velocidad desde Panambí hacia Oberá. No le dio importancia a este hecho hasta enterarse del brutal ataque a sus parientes, contó.
También se apoyó en dos testigos que vieron un VW?Bora en cercanías del hecho, donde producto de un despiste sufrió un rayón, y en la declaración de Raúl Quevedo -pareja de la sobrina de Godoy- quien lo vio la noche de aquel domingo lavando el auto. Ese sujeto, recordó el fiscal, negó lo que dijo ese imputado, que aseguró que había compartido el almuerzo con él aquel trágico día. Quevedo también aseguró que Godoy le propuso participar del atraco a un aserradero.
En tanto, sobre la polémica sobre la validez de la prueba, la fiscal Silke hizo hincapié en que los peritos preservaron el lugar correctamente y eso lo explicó el licenciado Maslowski, a cargo de Criminalística. Se detalló como se levantó la evidencia, con trajes anticontaminantes, barbijos y guantes.
La fiscal también recordó que en la escena se hallaron pisadas de alpargatas similares a las halladas en la vivienda de Pablo Julio Paz. Se incautó una caja de cartón roja donde se hallaron dos huellas digitales que coincidieron en 15 y 5 puntos respectivamente, con el pulgar izquierdo de Paz.
También indicó que se hizo la cadena de custodia de todas las evidencias. Más aún con la tela tipo manga de color negra con perforaciones similar a una máscara o pasamontañas casero. Esta fue la que Cristian dijo que utilizaba el exprefecturiano.
Se informó desde el Juzgado de Instrucción que siguió la investigación de los resultados de ADN hallados en el citado trozo de tela que su utilizó como pasamontañas, con fluidos biológicos correspondientes con el patrón genético coincidente con el de Paz. También los pelos con material genético de Godoy. Hasta el inicio del juicio no se plantearon irregularidades o nulidades y tampoco se expresó alguna sospecha sobre manipulación de las evidencias levantadas en la escena. Al no haber medidas solicitadas de revisión de pruebas se convalidó todo lo realizado, apuntó.
La agente fiscal también señaló, sobre la declaración de Cristian en plena agonía, que estaba habilitado por el Código de Procedimiento Penal para realizar la denuncia, porque cualquier víctima puede hacerlo, tras lo cual agregó que el dueño de un restaurante de San Javier declaró en sede judicial (en el juicio no recordó nada de lo dicho), que los vio juntos a los tres acusados.
Silke recordó que Paz y Alegre alegaron en sus declaraciones que eran amigos. Sin embargo el primero no sabía que el chapista tenía armas de fuego ocultas en una casa rodante. Alegre luego dijo que supuestamente un suboficial le dijo que busque un abogado porque lo involucraban en un robo en Panambí. Y se dio a la fuga. Pero ese efectivo nunca fue nombrado hasta este juicio, expresó la fiscal.
Luego ambos dijeron que los relacionó al caso un llamado anónimo. Alegre dijo que podían ser las únicas dos personas que sabían que él tenía armas. Pero cuando el policía supuestamente le avisa no le le dijo que era por las armas que tenía en su casa, le dijo que era por un robo. Entonces resultan incoherentes y contradictorias las explicaciones que dieron ambos acerca de las comunicaciones telefónicas que mantuvieron ese 27 de mayo, dos días después del hecho. Sabían lo que sucedía y sabían porqué se comunicaban, sostuvo.
Una plata grande
Un excuñado de Godoy, el testigo Jose Humberto Pérez, contó claramente que fue con Godoy en varias ocasiones al taller de Alegre. Que antes del hecho Godoy le dijo que iba a recibir una plata grande. Que terminaría de construir un segundo lavadero y que festejaría a lo grande el cumpleaños de su señora. Ese mismo testigo manifestó que en una ocasión que Alegre, quien lo había estafado al no repararle un revólver, le propuso repartir droga en Virasoro y Santo Tomé, agregó Silke.
En ese sentido, insistió: Por si fuera poco, también le propuso hacer una entradera a su patrón que tenía una empresa forestal. En esa ocasión ese mismo testigo dijo que Alegre manifestó algo que cobró significancia mucho después: para no dejar huellas ni rastros hay que prender fuego a todo, inclusive a las personas.
Por último la fiscal señaló que las armas que encontraron en la propiedad del chapista Alegre no eran de coleccionista.
Apuntó a que tenía silenciador y armas de fuego con rosca en el cañón para colocarles este dispositivo, al igual que Paz. Además, un pasamontañas en el que hallaron adheridos restos de una sustancia vegetal similares a las encontradas en la máscara incautada en la escena, a lo que agregó que la conducta de los imputados es de personas peligrosas, quienes tuvieron problemas con otros presos en la Unidad Penal de Oberá. Alegre incluso denunció por amenazas de muerte a los coimputados Paz y Godoy. Son personas violentas que hasta llegaron a amenazar al personal de seguridad, cerró.
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