La causa tiene dos detenidos y va camino al debate oral y público.Mediados de diciembre. Estruendos en la madrugada. Los vecinos pensaron en cohetes. Eran balazos. El doble crimen de Sebastián Vega (35) y Rodrigo Ibarra (37) marcó un antes y un después en la sociedad posadeña. Este domingo, a exactamente tres años del hecho, la causa camina rumbo al juicio oral y público.
Fue cerca de las 2 del jueves 17 de diciembre de 2015 que los vecinos de la chacra 97 de Posadas, cerca del Monte El Acuerdo, escucharon lo que, supusieron, era pirotecnia. Sin embargo, por la mañana, alguien se topó con la realidad: los cuerpos de Vega e Ibarra yacían acribillados a plomazos en el asiento de atrás de un Chevrolet Agile que apareció sobre avenida Bustamante y calle 97.
El caso no tardó en trascender. Y la posterior investigación realizada por el magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, encontró una hipótesis que se mantiene aún como la más firme gracias a una serie de escuchas telefónicas provenientes del Juzgado Federal de Campana.
Esa teoría confirmó que todo fue un ajuste de cuentas?vinculado al narcotráfico y destinado específicamente a Vega. De la investigación surge que la víctima, sin saberlo, ya tenía las horas contadas desde doce horas antes.
Al parecer, el hombre había delatado un cargamento de marihuana que fue interceptado por las autoridades. Cuando los caponarcos vincularon aquel operativo con su nombre, fue el fin.
El miércoles 16, en la noche anterior, Vega cenaba junto a su hermana cuando recibió un llamado. Tengo lo tuyo, le dijeron del otro lado de la línea. Creen que sabía que había sido declarado un objetivo y que lo engañaron aduciendo que tenían el arma que estaba interesado en comprar. Fue la última vez que ambos fueron vistos con vida.
El expediente camina rumbo al cierre de la instrucción con dos detenidos acusados de ser los autores del crimen, otros tres imputados como partícipes del hecho y un prófugo que, se supone, sería el autor intelectual, más allá de que algunas pruebas también lo sitúan durante aquella madrugada en la chacra 97.
Sobre su paradero, las fuentes aseguran que se refugia en la zona sur de Paraguay. Hallarlo es, aún tres años después, un desafío para los investigadores.
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