Sin poder contener las lágrimas y quebrando su voz en varias ocasiones, Néstor Knack dialogó con PRIMERA EDICIÓN y dijo la frase que podría sonar muy extraña para quienes no siguieron el largo peregrinar de los familiares de las cuatro víctimas.
La interpretación es sencilla, para Néstor, tío de dos de los fallecidos (Cristian y Bianca), el hecho de poder enterrar a sus familiares asesinados quiere decir que, luego de más de tres años de pedidos y reclamos de justicia, es ahora que sus parientes pueden descansar en paz.
La familia no vuelve, se hizo justicia y los autores estarán tras las rejas lo que resta de sus vidas y quizás se arrepientan de lo que hicieron. Quizás solo Dios los perdone, afirmó Néstor.
Ferviente religioso, el hombre adjudicó a Dios el hecho de que su sobrino Cristian haya podido declarar en su lecho de muerte.
Se recuperó tras un coma solo para hacer esa denuncia. Eso fue producto de una fuerza divina, despertarse para contar nada más lo que pasó y al otro día morir es algo que fue producto de la fuerza de Dios, algo divino para que esto pueda esclarecerse, puntualizó.
Van a pagar en la tierra
Carlos Nano Knack, el único hijo de la familia que sobrevivió al mortal ataque (esa tarde estaba en la casa de su novia), dijo tras conocerse la sentencia contra los acusados: Todo este tiempo para mí fue una tortura, estoy contento de escuchar esa sentencia. Ellos (por los autores), van a tener que pagar acá en la tierra lo que hicieron. Estoy conforme con que se busque a los otros, hubo cinco autores del hecho y hay que buscar a los otros dos que faltan. Con esto me saco la media carga que fue perder a toda mi familia (padres y hermanos).
Finalmente, Nano señaló que el trabajo de los peritos de la Policía, como ser el del licenciado en Criminalística Maslowski, fue fundamental para llegar a echar luz sobre el caso.
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