Como cada año de recambio legislativo se abre un abanico de posibilidades de modificaciones en la estructura del Gobierno. De hecho, se sucedieron algunos muy importantes en lugares que requerían de un refresh, como le gusta a la renovación denominar a los cambios.
En Asuntos Guaraníes, un área muy importante en su tarea en una provincia donde la Nación Mbya Guaraní es numerosa, haría mucha falta lograr ese refresh que devuelva un poco de aire fresco a la gestión hacia las comunidades aborígenes.
La reciente fotografía de la periodista Patricia Fernández que dio la vuelta al mundo mostrando a una menor guaraní tomando agua del piso en una vereda en Posadas, no encontró en Arnulfo Verón una respuesta de gestión, sino más bien, una respuesta completamente política, que dista mucho de lo que la comunidad esperaba por parte del Gobierno misionero.
El Director de Asuntos Guaraníes tiene las herramientas suficientes para frenar la mala utilización de recursos que se remiten a las comunidades. Siempre que el interés sea el buen uso de los recursos públicos.
Hace tiempo que algunas comunidades vienen expresando su cuestionamiento a Arnulfo Verón, quien aun no demostró tener más mérito que el manejo político de algunos caciques con los que acuerda el reparto de la asistencia.
Muchas veces es responsabilidad compartida entre los caciques y el Ministerio de Derechos Humanos, no lograr terminar de fiscalizar el circuito que tienen las ayudas estatales en mercaderías y fondos hasta llegar a las familias distribuidas en distintas localidades.
Es difícil creer que todos los jefes de hogar de los originarios se juegan en el casino las asistencias. Por lo cual las familias están en Posadas y otras grandes ciudades misioneras pidiendo limosnas.
Eso también, en todo caso, es responsabilidad estatal trabajar para revertir la ludopatía que tanto perjudica a muchos misioneros.
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