Especialistas alertaron sobre el avance en el país de sectas que se dedican a la profanación de tumbas y al robo de cuerpos humanos para llevar adelante distintos tipos de rituales satánicos, vinculados presuntamente a trabajos de magia negra.
Uno de los casos que ayudó a visibilizar la problemática fue el recientemente ocurrido en la ciudad bonaerense de Otamendi, donde desapareció el cadáver de un bebé en el cementerio y la investigación apunta a que el robo fue perpetrado por uno de estos grupos denominados africanistas.
Pablo Salum, presidente de la ONG Libre Mentes, explicó al Diario Popular que “estas organizaciones coercitivas hacen rituales a los que vulgarmente llaman satánicos, pero en realidad son contenidos absurdos para captar a gente vulnerable o que está bajo un estado de ignorancia”.
“No importa si es científico, abogado, maestro o persona humilde. Pueden agarrarse de un problema de salud, ya sea físico o mental, cuestiones familiares o sentimentales, adicciones o pérdidas de empleo. Todo eso, junto a la ignorancia, hace a una persona más susceptible de ser captada”, graficó.
El también fundador de la entidad precisó que estos miles de grupos que operan en el país tienen varios métodos para atrapar a la gente en sus redes: “Pregonan que con este tipo de magia pueden realizar cosas que van desde revivir a un ser querido, pasar a una mejor vida o ir al paraíso hasta poderes especiales o energías, como para hacerle bien o mal a alguien”.
A la hora de conseguir los cadáveres, Salum sentenció que estas bandas operan de distintas maneras. “Hay células que se dedican a comprar lo que les venden otros”, denunció sobre un verdadero tráfico de restos humanos, aunque también confió que “algunos lo hacen ellos mismos, profanando las tumbas”, en lo que consideró “un ítem dentro de los demás delitos que cometen”.
En tanto, resaltó que las sectas “buscan generar un daño psicológico en sus captados, porque cuanto más dañas a una persona, más la podes someter, entonces mediante estos rituales macabros logran un poder de sumisión y de control”.
“Igualmente no te hacen participar de estos rituales en el principio. Las víctimas pasan por un proceso en el que las desgastan hasta que creen ciegamente en lo que se les dice”, contó el especialista sobre el sometimiento que viven los captados.
Incluso, advirtió que la cosa puede empeorar: “Quizás pasan de sacrificar animales a utilizar restos humanos como en este caso, pero después pasan a sacrificar a una persona viva. O hasta alguno de los miembros se suicida. La gente que no es víctima por ahí dice la gente está loca o no lo cree, pero el proceso de captación y sometimiento a veces es muy largo”.
“Directores de hospitales me cuentan que muy seguido les llegan personas fuera de sí, en estados de brote psicótico, como inducidas a un estado de trance, con cortes que son profundos, llegan al hueso y la persona increíblemente no tiene dolor. Son marcas de rituales y hasta muchos entran con el mismo corte, es decir que pertenecen al mismo grupo. A veces también ingresan quemados por manipulación de pólvora o intoxicados con consumo de droga”, enumeró.
Al respecto, argumentó que “es una cadena de perversión, sometimiento y daños psicológicos que tiende aumentar, nunca disminuye”, tras lo cual cargó contra el accionar de las autoridades: “Hay un comercio siniestro y a ellos no les importa, porque no hacen absolutamente nada”.
“Hay casos donde han allanado organizaciones coercitivas de tipo africanista donde secuestran un montón de restos humanos y no se investiga lo suficiente. No hay condenas”, abundó el titular de Libre Mentes.
Además, indicó que “muchas veces aparecen detrás políticos, famosos y gente poderosa, que está captada por estos movimientos” y le exigió al Estado “que reconozca la problemática y apruebe la ley antisectas, para que un equipo interdisciplinario pueda trabajar con cifras y datos certeros, para tener estadísticas confiables”.
Con el objetivo de evitar caer en las redes de alguna organización coercitiva, la ONG Libre Mentes brindó una serie de consejos, cuyo eje pasa por la prevención y la concientización.
Una de las herramientas que figura en su sitio web www.leyantisectas.com postula “no guiarse por el tipo de actividad que realiza ese individuo, grupo o organización, ya que los camuflajes pueden variar y mucho”, pasando por “fachadas” que van desde cuestiones relacionadas al yoga, reiki y las energías hasta videntes y cultos de índole religioso.
Entre los signos de alarma, la entidad de Pablo Salum menciona “la excesiva y cada vez más exclusiva dedicación y admiración hacia una persona, idea o cosa; sumisión y obediencia ciega hacia un líder; intentos insistentes por divulgar las ideas del grupo, por convencer al entorno y convertirlo a sus nuevas creencias, pero al no encontrar eco un progresivo y marcado aislamiento; desconfianza creciente hacia todo lo que no sea el grupo; abandono de estudios, proyectos, amistades, relaciones de pareja, descuido hacia los hijos; y pedidos desusados de dinero o esconderse para hablar por teléfono”.
Fuente:Noticias Argentinas
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