El irregular hecho se registró en San Pedro, cuando un efectivo detectó que un camarada suyo viajaba con un arma de juguete en un ómnibus de media distancia.
El involucrado resultó ser un agente que presta servicios en una dependencia de Puerto Esperanza.
El suboficial, que tenía barba prominente, dijo que su arma reglamentaria le fue incautada en Oberá cuando tuvo inconvenientes con su pareja. Además estaba vestido con un chaleco táctico por encima de una remera civil, otro punto no permitido por el reglamento policial.
Las autoridades procedieron a la incautación del arma de juguete, a la vez que se identificó al uniformado, tras lo cual fue notificado sobre la instrucción de una causa.
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