Se da principalmente en adultos mayores hombres y a nivel nacional afecta a unas 100 mil personas. La ruptura es mortal en el 50% de los casos de los que llegan con vida al hospital.
Dolores abdominales intensos y sensación de latidos en la zona cercana al ombligo pueden ser síntomas de una aneurisma de aorta abdominal. Si además se tiene más de 60 años y alguien de la familia ya lo tuvo, es imperioso acudir rápidamente al médico.
Semanas atrás medios nacionales informaron del fallecimiento de Rubén el panadero Díaz, exjugador de fútbol y exayudante del cuerpo técnico de Alfio Basile. Una operación programada de la aorta abdominal, en la que se le colocó una endoprótesis, se complicó días después y lo llevó a la muerte. También el expresidente de la AFA, Julio Grondona murió en 2014 a los 82 años, también producto de la ruptura de la aorta abdominal.
Para conocer más acerca de esta afección, PRIMERA EDICIÓN dialogó con el Dr. Nicolás López Forastier, cirujano cardiovascular del Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga. Explicó que se define como una dilatación de la arteria aorta abdominal y se lo denomina aneurisma cuando el diámetro de la aorta supera en un 50% al diámetro considerado como normal, que es de 2 a 2,5 cm en promedio.
Esa dilatación de la aorta puede derivar en una ruptura de la arteria. En ese caso la situación se vuelve más complicada. Es mortal en un 50% de los casos de pacientes que llegan con vida al hospital. Pero en muchos casos fallecen antes y no hay estadísticas de ello.
Factor genético y estilo de vida
Sobre las causas indicó que se sabe que es una alteración en la conformación estructural de las fibras elásticas de la pared de la aorta. Las personas que tienen factores de riesgo como hipertensión o tabaquismo, tienen más predisposición a sufrirla. El facultativo aclaró que principalmente hay un alto componente estructural genético. Puede haber personas que aunque lleven una vida sana, si en la familia hubo un caso similar puede tener una tendencia a sufrirla.
Subrayó que la incidencia aumenta con la edad. Es poco común en personas de menos de 55 años, pero aumentan los casos en personas mayores. En ese sentido afecta más a hombres que mujeres y principalmente de rasgos caucásicos.
Puede ser detectado por una ecografía de rutina que el paciente se hace por algún otro tipo de estudio, o porque el médico, al revisarlo, siente el latido de la dilatación de esa arteria. Detalló que esta pasa por centro del abdomen y, por lo general el aneurisma ocurre a nivel medio, a la altura del ombligo.
Los estudios para prevenir esta afección está indicada específicamente en personas en cuyas familias ya ha habido un antecedente y no así en la población en general, porque la tasa de incidencia es muy baja. Lo que si se puede hacer, es que como actualmente son comunes las ecografías para estudios de próstata, vesícula, ovarios, etcétera, es solicitar al médico que se pueda medir el diámetro de la aorta.
López Forastier recomendó que cuando una persona detecta un dolor abdominal y una especie de latido en la zona, debe acudir inmediatamente al médico porque se estaría generando un proceso de ruptura de la arteria. Cuando empieza a romperse, se produce el sangrado y se forman coágulos en todo el abdomen. Eso hace muy difícil visualizar la arteria y la cirugía se vuelve técnicamente más difícil. La pérdida de sangre que tuvo el paciente hace que ingrese a cirugía de urgencia y en un estado general muy deteriorado que provoca hasta un 50% de mortalidad.
Comentó que en el Hospital Escuela de Agudos operan de forma frecuente esos cuadros, ya sea de manera programada o por una urgencia.
Sobre cómo se lleva adelante el tratamiento, puntualizó que cuando es detectado el problema a tiempo, se realiza una intervención en la que se reemplaza el segmento de la arteria que se encuentra deteriorada, para reemplazarla con una prótesis artificial.
También existe la técnica endovascular, que implica implantar esa prótesis ingresando por la arteria femoral, para insertar un dispositivo que funciona como una especie de capa para cubrir el lugar donde está rota la aorta abdominal. Si aún no ha sucedido la ruptura, cubre el espacio donde ocurrió la dilatación.
Esta última técnica no puede realizarse en todos los casos. Se selecciona ese método para las personas que tienen un alto riesgo de ser operadas con una apertura del abdomen.
Discussion about this post