El radioaficionado Enrique Susini y sus tres amigos, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, a quienes luego se los llamó "Los locos de la terraza" fueron los responsables de la emisión de la Parsifal, entre las 21 y la medianoche, de aquel 27 de agosto, nació así una historia controvertida, curiosa y apasionante.Enrique Telémaco Susini, médico otorrinolaringólogo, músico y radioaficionado, anunciaba con su voz de barítono: "Señoras y señores: la sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten".Una historia que tuvo, además, como protagonistas, a otros inventores, estudiantes de medicina, jóvenes de clase alta, apasionados por la lírica. Miguel Mujica (sobrino de Susini), César Guerrico y Luis Romero Carranza, que leía versos del Martín Fierro que recepcionaba Ignacio Gómez Aguirre. Los llamaron "Los locos de la azotea" porque desde las terrazas buscaban obsesivamente la forma de que las voces y los sonidos atravesaran el éter y llegaran a la gente. Aquella noche, con un micrófono para sordos (al que le habían agregado una bocina), en el paraíso del Coliseo, un transmisor de 5 vatios (que por lo precario parecía atado con alambres) en la azotea y una antena entre el teatro y la cúpula de la casa de Cerrito y Charcas, el milagro fue posible. Y en los pocos receptores a galena existentes en la ciudad, pudo escucharse la primera transmisión en vivo que se hizo a nivel mundial (el 16 de junio, la cantante australiana Nellie Melba había transmitido pero desde el estudio de la compañía de Guillermo Marconi, el italiano que en 1896 había patentado su invento de la telegrafía sin hilos). El entonces presidente Hipólito Irigoyen dijo: "Cuando los jóvenes juegan a la ciencia es porque tienen el genio adentro".
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