Los menores de entre 6 y 11 años habían consumido semillas tóxicas de un arbusto de ricino.
Un juego que pudo haber terminado en tragedia fue el que originó en Villa Dolores, Caucete, la internación de seis niños de entre 6 y 11 años. Los pequeños estaban jugando a “la comidita” cuando ingirieron una semilla tóxica de un arbusto, lo que los llevó directamente al hospital César Aguilar en horas de la madrugada para ser atendidos por fuertes gastroenteritis.
A las pocas horas de haber ingerido la semilla, los pequeños comenzaron a sentirse muy mal. Los primeros síntomas fueron vómitos y mareos. Ante el malestar generalizado de los niños, los mayores decidieron llevarlos al hospital, donde fueron tratados y luego trasladados al Rawson, donde están en observación por estas horas.
Los chicos son todos familiares. Son cuatro hermanos de 6, 7, 8 y 10 años de apellido Sandovares y los otros dos son de 9 y 11 años de apellido Romero.
La semilla que ingirieron es de ricino. Es altamente conocida por su nivel de toxicidad. El fruto, que sale de las flores femeninas y por tanto, se sitúa en las partes más superiores, es un elateri, casi siempre rodeado por abundantes espinas. Este tipo de cápsula presenta una prominencia carnosa de color amarillento en el extremo superior, llamado carúncula. El fruto tiene tres cavidades (tricoca), cada una con una semilla grande, de superficie lisa y brillante, que contiene una toxina llamada ricina. Es de color rojizo, con semillas elipsoides de color marrón y blanco, y su longitud es de entre 1 y 2,5 cm. Cuando madura, la elateri abre y libera las semillas.
El efecto de la ricina es diferente según llegue al cuerpo: por inhalación, ingesta o con una inyección. En todos los casos, una vez dentro del organismo, la sustancia llega a las células de la persona e impide que fabriquen las proteínas que necesita el cuerpo, por lo que las células mueren. El cuerpo puede salir perjudicado e incluso puede darse la muerte.
Si se ingesta, el efecto de la ricina es más lento y se manifiesta en menos de 10 horas. Si alguien toma grandes cantidades del veneno, puede experimentar vómitos, diarrea, deshidratación y una caída de la presión sanguínea. El desenlace por este tipo de envenenamiento llega al cabo de unos días, cuando el hígado, el bazo y los riñones dejan de funcionar y la persona puede morir.
Fuente: El Tiempo de San Juan
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