Horas después de que se conocieran los fundamentos, el abogado defensor Eduardo Paredes dialogó con PRIMERA?EDICIÓN, insistió en cuestionar los argumentos del tribunal y aseguró que interpondrán un recurso de casación ante el Superior Tribunal de Justicia y, en caso de ser necesario, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Esto es una tragedia para los condenados y una segunda tragedia para la familia Knack. Cada vez que se condena a un inocente, se deja impune a un autor. Y este caso quedó impune. A la larga, esto va a terminar en un tribunal que lo va a declarar nulo. Por ejemplo, la declaración de Cristian fue hecha ante tres policías, no se citó a ningún juez, al fiscal o a los defensores. Esa declaración es nula y arrastra así todo el expediente, explicó.
Paredes reiteró que la pericia de la huella dactilar es inválida, se violó el protocolo, la cadena de custodia. Lo mismo sucedió con las pruebas genéticas. Se negó a que compareciera el especialista que tomó las huellas y tampoco se dio lugar a una segunda opinión.
El letrado argumentó además que el seguimiento de los teléfonos muestra que los tres acusados estuvieron antes, durante y después del hecho en San Javier. Nunca hubo comunicación entre ellos. Y nunca se tuvo en cuenta el hecho de que los dos teléfonos robados a la familia Knack siguieron funcionando hasta un mes después en Buenos Aires.
Paredes insistió con que está probado que el hecho ocurrió cerca de las 20.30 y los fiscales acusaron hablando de las 19.30, lo que cambia todas las circunstancias y recordó que dos testigos -entre ellos un comisario- aseguraron haber visto a esa hora un Peugeot verde con cinco hombres por la zona. Esos eran los delincuentes, aseguró. Tras reiterar que plantearán la casación, Paredes cerró:?el caso quedó impune.
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