Los cotejos de ADN determinaron que el autor del crimen es el mismo que perpetró otros dos hechos de abuso sexual en Posadas. Todas las víctimas estudiaban en Humanidades. Wn los tres casos el abusador sorprendió desde atrás a las jóvenes y las golpeó en la cabeza con un objeto contundente. Sigue sin ser identificado.
Un mismo autor, no identificado y, por ende, aún en libertad. Las pericias genéticas confirmaron que el asesino de Lucía Isabel Maidana (24), quien abusó sexualmente de la joven antes de matarla, es el mismo que perpetró otras dos violaciones registradas en la zona céntrica de Posadas.
Coincidencia o no, esas otras dos víctimas, quienes lograron sobrevivir a la pesadilla, eran estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de?Misiones (UNaM), lo que confirmaría el patrón llevado adelante por el delincuente sexual a la hora de buscar a sus víctimas y, a la vez, el espacio donde se movía o, mucho peor, aún se mueve.
Esos detalles fueron confirmados ayer, martes 20, por fuentes de la investigación a PRIMERA EDICIÓN. El cotejo de ADN enviado a Buenos Aires regresó a Posadas en los últimos días y confirmó que los rastros genéticos del femicida, extraídos del cadáver de Maidana, poseen el mismo patrón que los restos levantados por los criminalistas a otras dos estudiantes que también fueron abusadas. El avance en la pesquisa es trascendental.
La primera víctima
El primero de esos casos se remonta a 2013 y prácticamente no trascendió a la opinión pública. Sucedió en un departamento emplazado en cercanías de Junín y Catamarca, alquilado por una joven de 19 años proveniente del interior provincial que cursaba sus estudios en Humanidades.
Esa víctima denunció que era de noche y se encontraba en su habitación cuando fue sorprendida por el maleante, quien la tomó desde atrás, la golpeó en la cabeza y, una vez que logró reducirla, la accedió por vía anal y vaginal, tras lo cual se dio a la fuga.
Más allá de los esfuerzos de los investigadores, pocos datos pudieron recabarse sobre el autor del abuso.?La investigación recayó entonces en el magistrado César Yaya, titular del?Instrucción 2, quien más adelante reuniría puntos en común con los otros episodios para llegar a la novedad conocida hace horas.
Con un ladrillo
El otro caso que ahora se le endilga al autor del crimen de Lucía Maidana tuvo lugar después del asesinato. Ocurrió el domingo 3 de enero de 2016, alrededor de la 1.30, en un predio de departamentos para estudiantes emplazado sobre calle San Luis, entre Catamarca y Entre Ríos, en la capital provincial.
El lugar del hecho está a escasos 150 metros del episodio registrado en 2013 y la víctima también era estudiante de Humanidades, en este caso de la carrera de Profesorado de Portugués. Los detectives a cargo del caso creen que ya no se trata de una coincidencia.
Durante aquella madrugada la estudiante, también de 19 años, se bañaba cuando el delincuente la atacó. Tal como en el primer caso, el acusado la golpeó por atrás en la cabeza, esta vez con un ladrillo y una vez reducida, la accedió sexualmente. Cuando la muchacha recuperó la conciencia y logró salir del shock, dio aviso a la Policía.
El caso es investigado por el magistrado Walter Ricardo Balor, al frente del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas. En razón de que fue el último de los tres es que rápidamente las hipótesis del magistrado apuntaron a los otros dos casos.
El crimen de Lucía
Entre medio de esos dos hechos tuvo lugar el crimen de Lucía Maidana (24), una estudiante de Capioví que fue asesinada a golpes en el departamento que alquilaba, sobre calle Estado de Israel al 3.400, en el barrio de Villa Urquiza.
El hallazgo se produjo alrededor de las 22 del sábado 6 de abril de 2013 y el cuerpo de Lucía apareció sin vida en su habitación, tras un incendio que alcanzaron a extinguir los bomberos junto a los vecinos de la zona.
En principio se pensó que todo había sido un hecho vinculado a las llamas y el monóxido de carbono. Sin embargo, el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1, ordenó una autopsia que reveló lo peor:?Lucía había sido violada y luego asesinada a golpes en la cabeza.
Consumado el abuso y el crimen, el autor intentó limpiar la escena y luego se sospecha que hasta ocupó el baño de la víctima para lavarse. Después inició las llamas, al incendiar un colchón y un placard, pero el fuego no fue suficiente para borrar lo que había hecho.
Cotejos positivos
El caso no tardó en tomar repercusión y el crimen de Lucía se transformó en causa común para la sociedad. La investigación tuvo varios detenidos, pero todos recuperaron la libertad con el paso del tiempo ante los resultados negativos de las pericias genéticas.
Tras reunir la información de varios de los expedientes, los jueces Cardozo, Yaya y Balor resolvieron contrastar la información obtenida en cada uno de ellos. Así se comenzó a investigar a un violador serial.
En principio, al menos dos casos de abuso registrados en Posadas fueron descartados. Sin embargo, las pericias ahora confirman que Lucía murió en manos de la misma persona que violó a otras dos estudiantes de Humanidades.
Más allá del perfil genético, hasta el momento no se pudo establecer la identidad del abusador. Es que sólo se cuenta con su ADN, pero no hay banco en el que se pueda contrastar esa información. Saber quién es y detenerlo es el trabajo en el que ahora se encuentran inmersos los detectives del caso, antes de que sea demasiado tarde y tenga que lamentarse otra víctima.
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