La víctima de 23 años sigue en terapia intensiva. Analizan material genético para tratar de determinar si fue abusada sexualmente.
Un perro perteneciente a la Policía de Misiones, entrenado para seguir rastros humanos, corroboró que la joven atacada a última hora del viernes en el barrio Palomar de Posadas fue directamente desde su domicilio hacia su destino, que era la vivienda de una compañera de estudio.
Como se sabe nunca llegó, fue interceptada por el o los agresores a las 23:20 del pasado viernes en la esquina de la calle Líbano, entre Rebollo y Pedro Méndez.
La pericia fue realizada durante la tarde del domingo y sirvió para descartar que la víctima haya sido trasladada desde otro punto de la ciudad hacia esa intersección, indicaron las fuentes consultadas.
Ese viernes a la noche la Policía tomó conocimiento de la salvaje agresión por vecinos que advirtieron de la presencia de una joven herida. Posteriormente se supo que se trataba de una estudiante de 23 años, oriunda de la provincia de Buenos Aires.
La víctima, estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), sufrió, entre otras lesiones, fractura del temporal derecho con hundimiento de cráneo, escoriaciones en las rodillas y en la pierna derecha, además de una herida cortante en la nariz.
Debido a que la joven presentaba roturas en sus prendas de vestir, se cree que pudo ser abusada sexualmente. Sin embargo esto no pudo ser aún corroborado fehacientemente.
La Justicia aguarda que la víctima declare (no lo hizo hasta el momento por recomendación médica) y, entretanto, se le realizó un hisopado, con lo que las autoridades forenses ahora cuentan con material genético para su posible cotejo con algún sospechoso.
Por el momento no hay detenidos por el aberrante caso.
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