Que se lo debata en el Congreso, tiene que ver con la conquista del movimiento de mujeres, señaló Olga Aguirre, abogada, docente y militante del Partido Obrero.
Finalmente se inició ayer el debate formal del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Con un bloque de 16 expositores favorables a la legalización por la mañana y otro número igual de opositores al derecho al aborto, por la tarde; los plenarios tuvieron lugar en el Anexo de la Cámara de Diputados nacional.
Con la misma difusión dada para todas aquellas voces que están en contra de la legalización del aborto, PRIMERA EDICIÓN se entrevistó con Olga Aguirre, de profesión abogada, docente y militante del Partido Obrero con una posición a favor de la despenalización, ya que el aborto existe y que siga siendo clandestino no es la solución, puntualizó durante una larga charla.
Nosotros peleamos para que se dé respuesta a una realidad concreta: se habla de la existencia de 500 mil abortos clandestinos. Entonces la discusión aborto sí o no, es una falacia porque su existencia es una realidad objetiva en el mundo, analizó.
Pensamos que los que están en contra del aborto legal, están a favor del aborto clandestino -y eso hay que decirlo con todas las letras- con todo lo que implica: el negociado de millones y millones, con que solo accedan algunas pocas que puedan pagar y las demás ponen en riesgo su vida, interpretó Aguirre, para quien hay una cuestión de equidad social en el medio. Están a favor de los abortos clandestinos y las graves secuelas que puede traer en algunos caso.
El aborto es una situación extrema
Es una realidad objetiva y quienes peleamos por su legalización no es que estamos a favor del aborto que debería ser la última instancia. Estamos conscientes que es una instancia difícil para la mujer y que debería ser evitada. Por eso peleamos por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y en última instancia aborto legal para no morir. Esa es la triple consigna que levantamos históricamente, enfatizó.
Otros de los aportes de Aguirre, respecto de la polémica que desató el tema desde su habilitación para ser tratado en el Congreso fue: La ley de interrupción voluntaria del embarazo no implica que vaya a ser obligatorio. Aquella persona que sigue considerando que su moral y espiritualidad le impiden pensar en aceptar tal posibilidad, que no lo haga. Pero así como nosotras no queremos imponer el aborto a nadie, tampoco queremos que se imponga la maternidad.
Conquista de un derecho
Es la séptima vez que se presenta el proyecto, con algunas modificaciones con respecto a los anteriores, pero básicamente se pretende llegar al reconocimiento del aborto legal como un derecho.
Eso quiere decir que no sólo tiene que dejar de estar penalizado si no que se tienen que contemplar las condiciones para su ejercicio, es decir, que se haga en forma gratuita en los hospitales y además que sea reconocido por las obras sociales y prepagas.
Consultada sobre el tema en la agenda de debate público, Aguirre opinó que la posibilidad de que ahora se lo trate, con muchas chances que sea aprobado, tiene que ver con la conquista de movimiento de mujeres que en la Argentina ha sido vanguardia a partir de 2015 con el #NiUnaMenos, una convocatoria masiva de lucha en las calles.
Una de las violencias contra la mujer tiene que ver con la imposición de la maternidad, negarles educación sexual, anticonceptivos y finalmente obligar a parir a mujeres que no lo quieren hacer. Todas esas cuestiones de la violencia hizo que irrumpa y se tornen masivos estos reclamos. Entonces, lograr la interrupción legal del embarazo responde a la conquista de un derecho que puede ser ejercido por quien quiera hacerlo.
Indicó la militante que la única garantía de la conquista de este derecho es en las calles. No se puede confiar en los partidos políticos que están en el Congreso porque hace más de tres décadas que les venimos reclamando y siempre privilegiaron sus lazos con el clero.
Cuestión de salud pública
Para la activista Olga Aguirre el gran tema es la educación sexual y debe atravesar todo el debate.
Nada puede reemplazar a la educación y si falta ese elemento, falta todo. La información sola no sirve, el método anticonceptivo sirve si está la educación sexual. (…) Es una cuestión de salud pública, así como lo son el aborto y la anticoncepción, aseguró.
Sin embargo, la ley que estableció la educación sexual se sancionó hace diez años pero no se la aplica.
No hay material, no está en la currícula y es transversal y supuestamente se tiene que dar en todas las materias, pero no está contemplada, no hay capacitación y no hay contenidos delineados, entonces no se da en ninguna materia, se lamentó la dirigente del PO.
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