Al concluir su mandato como presidente de los Estados Unidos en 1961, Dwight Eisenhower lanzó una denuncia que en ese momento no cobró mayor relevancia puertas adentro, pero que sin embargo plasmaba el rumbo que tomaría el sistema internacional a partir de allí.
Nuestro trabajo, los recursos y los medios de subsistencia son todo lo que tenemos; así es la estructura misma de nuestra sociedad. En los consejos de gobierno, debemos evitar la compra de influencias injustificadas, ya sea buscadas o no, por el complejo industrial-militar. Existe el riesgo de un desastroso desarrollo de un poder usurpado y ese riesgo se mantendrá. No debemos permitir nunca que el peso de esta conjunción ponga en peligro nuestras libertades o los procesos democráticos, denunció el saliente presidente Eisenhower.
Por primera vez quedaba en evidencia el verdadero poder detrás de la política convencional. Oscuros intereses ligados a los ámbitos económico y militar se mueven por lo bajo generando infinidad de efectos mariposa a lo largo del planeta.
El complejo industrial-militar se dejó ver sin atenuantes entre 1955 y 1975 con la Guerra de Vietnam; también en 2003 con la invasión a Irak cuando, al frente de una coalición internacional, Estados Unidos entró al país para desarmar a Irak de sus armas de destrucción masiva. Al cabo de un tiempo lo que quedó fue un país devastado, una sociedad rota y varios negocios de Estados Unidos y sus socios prosperando en tierras árabes. De las armas de destrucción masiva no hubo novedades.
La imagen de George Walker Bush liberando el mayor poder de fuego sobre tierras que hasta entonces eran dirigidas con puño de hierro por el dictador Sadam Husein erizaron la piel al igual que la imagen de Donald Trump dejando que el complejo industrial-militar se ponga a prueba en Siria.
Urgido de dar muestras de poder más allá de su cuenta de Twitter y de hacerle un favor al complejo industrial-militar que lo llevó a la Casa Blanca, el visceral mandatario republicano plasmó el bombardeo con mayor promoción de las últimas décadas.
Pero claramente y al igual que en esta parte de la historia, son otros los intereses se mueven por lo bajo. Misión cumplida, dijo ayer Trump al informar el éxito de su avanzada. Fue la misma frase que empleó Bush en 2003 tras la invasión a Irak.
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