En esa ciudad está prohibida la utilización de estos predios para todo lo que no sea recreación. Pero hay algunos ocupados por escuelas, iglesias y hasta viviendas.
Este Municipio no tiene un censo definitivo sobre la cantidad de espacios verdes que existen en la ciudad. Solo cuenta con un relevamiento que se hizo a mitad el año pasado a pedido del Concejo Deliberante y según el cual hay un total de 80 lotes aproximadamente destinados a la recreación y el esparcimiento que están identificados. Una decena de ellos están ocupados por viviendas particulares, casas tipo IPRODHA, escuelas e iglesias.
Los espacios verdes surgen luego de los loteos privados: según la Ley de Catastro, hay un porcentaje que los propietarios que urbanizan un lote rural deben dejar para el esparcimiento y la recreación y otro porcentaje más chico para reservas fiscales.
Hasta que entró en vigencia la Carta Orgánica Municipal, el 1 de enero de 2014, una ordenanza del Concejo Deliberante permitía enajenar un lote destinado para el espacio verde al uso particular. Así fue que se entregaron predios para la construcción de escuelas, barrios del IPRODHA, organizaciones no gubernamentales y hasta iglesias.
Pero la Carta Orgánica, que entró en vigencia el primer día de 2014, impide cualquier uso de esos espacios que no sea el de recreación y esparcimiento públicos.
En cuanto a la cesión de estos lotes para el uso particular, la Carta Orgánica es muy clara: en su artículo 109 Parques y Plazoletas dice que los espacios verdes, parques y todo terreno destinado a la recreación y el esparcimiento de la población, que sean de propiedad municipal, deben ser destinados únicamente para esos fines. Podrán ser apadrinados por instituciones a los efectos de embellecimiento, mejora y mantenimiento.
No obstante, en el cierre de 2013, cuando la Carta Magna aún no regía pero ya había sido jurada cinco meses antes, el Concejo aprobó la cesión de un lote para la construcción de viviendas sociales.
También en diciembre de 2013 los ediles cedieron en forma precaria a la Escuela 949 del barrio Sarmiento un espacio verde para que pueda construir una edificación precaria de madera. Ahora, el mismo cuerpo debe decidir si otorga el predio a la escuela y deja un precedente para otras decisiones a futuro o la deja así, como está funcionando ahora, para que la escuela lo utilice hasta 2021, cuando vence el comodato.
Entretanto, los vecinos del barrio Santísima Trinidad reclaman a los legisladores locales el predio destinado a la plaza del barrio. Es que, en 2005, el Concejo Deliberante donó al Consejo General de Educación ese lote para que se construya la Escuela 881 y el barrio se quedó sin lugar para el esparcimiento de los niños, más allá de que son ellos los que utilizan la institución escolar.
El barrio Malvinas también perdió la mitad de su espacio para recreación a manos de la escuela del barrio. Hoy el conglomerado de 400 casas sólo tiene un espacio de media hectárea para ese fin.
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