Se trata del santafesino detenido días después en el mismo barrio y del joven de 22 años apresado en calle Ojo de Agua. Continúa la búsqueda del celular de la joven estudiante de Ciencias Económicas.
Las pericias genéticas alivianaron aún más la situación de los dos detenidos que en su momento tuvo la investigación por la brutal golpiza a una estudiante en el barrio Palomar de Posadas. Los resultados del cotejo con los restos biológicos encontrados en la escena fueron negativos para ambos.
Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes, quienes confirmaron que ambos sospechosos, el santafesino de 35 años apresado horas después a pocas cuadras y el joven de 22 detenido en un inmueble de la calle Ojo de Agua, quedaron prácticamente fuera de la lupa de los detectives a cargo del caso.
Los resultados genéticos arribaron horas atrás al despacho del magistrado Ricardo Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas y al frente de la investigación. Los mismos cotejaron extracciones realizadas a los dos detenidos con restos biológicos hallados en la vereda de la calle Líbano, entre Rebollo y Pedro Méndez.
La sospecha siempre se centró en que la joven universitaria, de 23 años, oriunda de Buenos Aires y estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Misiones, fue abordada en ese lugar por uno o varios maleantes que le golpearon la cabeza contra el muro de una vivienda para robarle el teléfono celular e intentar abusarla sexualmente. En medio de ese infierno es que los autores habrían dejado vestigios que fueron tomados por los criminalistas para el cotejo.
Más allá del resultado negativo de esas pericias, la investigación continúa, ahora principalmente con el foco puesto en el teléfono celular de la víctima, del que no se tienen mayores rastros. Una de las líneas al respecto apunta a que él o los autores vendieron ese aparato en una feria informal. Hasta el momento, no hay mayores datos al respecto.
El paso del tiempo arrojó los dos detenidos que en su momento tuvo la causa. El primero, un santafesino con pedido de captura por robo en Entre Ríos, fue apresado en la tarde del martes 27 de febrero a cinco cuadras del lugar del hecho, tras la denuncia de un hombre que aseguró que ese sujeto había manoseado a su hija, de 10 años. El segundo, un joven de 22 años domiciliado en San Marcos y Ojo de Agua de la capital provincial, quien se ufanaba entre sus conocidos de ser el autor del ataque a la estudiante.
Sin embargo, los elementos recolectados en el expediente no pudieron sostener una probable responsabilidad de alguno de ellos en el hecho, razón por la que Balor resolvió otorgarles la libertad. Los resultados de la pericia de ADN, ahora, ratifican aquella resolución. Y él o los autores, al menos por el momento, siguen prófugos.
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